Nuestra aventura fotográfica nos aleja del territorio de las ultracompactas, y nos lleva de regreso al reino de las mirrorless, donde la oferta no escasea. Todo lo contrario: Cada vez hay más opciones entre las cámaras recomendadas para entusiastas, y aunque la inversión inicial suele ser un poco mayor, definitivamente vale la pena a mediano plazo. Una de esas opciones es la Fujifilm X-H1, con una gran calidad fotográfica, estabilización de imágenes integrada, una sólida captura 4K a 200 megabits por segundo, y dos modos slow motion muy interesantes para quien desee experimentar.
Completar el salto de una ultracompacta a una mirrorless tiene sentido siempre y cuando estés de acuerdo con el cambio de reglas. Algunas point and shoot premium son tan costosas como una mirrorless convencional, pero cuentan con ventajas muy importantes en materia de portabilidad y facilidad de uso. En cambio, aquellos que busquen una experiencia semi profesional seguramente se sentirán más cómodos con una mirrorless en sus manos. Si el plan es ubicarse un poco por debajo de los 1.000 euros, existen opciones como la Olympus OM-D E-M10 Mark III (con un gran descuento al momento de escribir estas líneas) o la Fujifilm X-E3, pero si no hay problema en ir más lejos, tal vez deberías estudiar más de cerca a la Fujifilm X-H1.
Fujifilm X-H1: Flexible ante cualquier situación
Anunciada oficialmente en febrero de 2018, la Fujifilm X-H1 presenta un sensor CMOS de 24.3 megapíxeles efectivos, acompañado por el procesador de imágenes X-Processor Pro. Su sensibilidad ISO se extiende de 200 a 12.800 con un Boost en ambas direcciones de 100-51.200, mientras que su velocidad de obturación va de 1/8000 a 30 segundos, o 1/32000 con el sistema electrónico. Su pantalla principal posee un tamaño de tres pulgadas con 1.04 millones de puntos de resolución, trae soporte táctil, y además es abatible. El viewfinder utiliza tecnología OLED, su resolución máxima es de 3.69 millones de puntos, y tiene una cobertura del 100 por ciento con una ampliación de 0.75x (equiv. 35mm).
«No es una mirrorless». Esa frase está entre las primeras que nos vienen a la mente cuando vemos a la Fujifilm X-H1. El ojo no entrenado podría confundirla con una réflex debido a su tamaño general y su peso. Este detalle inicial nos obliga a reconocer que la Fujifilm X-H1 no es la opción más cómoda para un viajero, o un fotógrafo en constante movimiento. Aún así, el motor JPEG de Fujifilm y la posibilidad de procesar RAW en la cámara garantizan disparos de muy alta calidad. Bajo entornos de acción o deportivos, los 325 puntos del sistema de autoenfoque responden muy bien, especialmente si aprovechamos la zona de detección de fase en el centro del sensor. Dependiendo del modo seleccionado y de la presencia (o no) del grip oficial VPB-XH1, el Burst en la Fujifilm X-H1 oscila entre 5 y 14 FPS. Si deseas una «solución deportiva» superior a la que ofrece la Fujifilm X-H1, debes saber que todas las flechas apuntan a la Nikon D500, pero hay que pagar más por ella.
Si hay que definir a la interfaz de la Fujifilm X-H1 en una palabra, es «intimidante». Algunos colegas hablan sobre una sobrecarga de controles, y honestamente no puedo culparlos. Los dos diales que dominan la parte superior de la cámara (cada uno con su botón de bloqueo correspondiente) modifican la sensibilidad ISO y la velocidad de obturación. Por supuesto, resulta imposible ignorar a la pantalla secundaria del lado derecho, que presenta ocho ajustes de la cámara en simultáneo. Dos de los botones programables (Fn1 y Fn2) se encuentran al frente de la Fujifilm X-H1. El botón Q en la parte posterior sirve como acceso al menú rápido, muy cerca de él encontramos la palanca de mando para el control de enfoque, y la pantalla puede presentar más de 40 elementos, aunque obviamente eso está atado a la configuración escogida. El manual oficial apenas supera las 300 páginas, y recomiendo leerlo entero.
La grabación de vídeo en la Fujifilm X-H1 es sin lugar a dudas uno de sus puntos más positivos. La cámara ofrece 4Kp30, p25 y p24 a 200 megabits por segundo, con su límite extendido a 15 minutos (o media hora si usas el grip). Sus modos 1080p a 100 Mbps también brindan excelentes resultados, y el slow motion a 100 o 120 FPS te permitirá experimentar a gusto. La interfaz llamada Movie Silent Control es muy útil al grabar vídeo, ya que aplica un override sobre los botones y diales, y traslada todo el control a la pantalla táctil. La conectividad no suele estar muy desarrollada en cámaras que no priorizan la portabilidad, pero la Fujifilm X-H1 no defrauda gracias a su combinación de WiFi y Bluetooth.
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Accesorios para Fujifilm X-H1
Si el objetivo es optimizar la relación costo-beneficio, la opción más lógica es adquirir a la Fujifilm X-H1 con su grip VPB-XH1 por 1.280 euros. Sumar un 16-55 a esa configuración eleva el precio a más de 2.400 euros… lo cual es absurdo, y por semejante monto siempre podemos disfrutar del oversampling de la Sony Alpha A7 III. Afortunadamente, la historia es mucho más razonable a la hora de buscar accesorios compatibles.
Baterías y alimentación
- Compatible con baterías Fuji NP-W126
- Dos conectores: para casa y para coche
- Indicadores LED para conocer la carga
- Sustituye al Fujifilm BC-W126
- 100% compatible con el original
Con un promedio de 310 disparos por carga, la batería de la Fujifilm X-H1 no es terrible, pero tampoco rompe récords. La forma más efectiva de combatir ese límite es sumando al antes mencionado grip, y un par de baterías adicionales. La gente de Gloxy ofrece un módulo NP-W126 de rendimiento muy similar a bajo costo, y su cargador híbrido 2 en 1 para casa y coche añade un elemento más a la ecuación para recuperar energía. ¿60 euros por dos baterías extra y un cargador? Nada mal.
Trípodes y soportes
- Altura máxima de 1626 mm (columna central extendida)
- Con una increíble capacidad de carga de 10 kg
- Patas con 4 secciones y cierre de pestañas
- Patas con goma antideslizante + puntas metálicas
- Rótula con plato de liberación rápida
- Nivel de burbuja integrado en la rótula
- Rosca universal estándar 1/4"
El cuerpo de la Fujifilm X-H1 pesa 673 gramos con batería y tarjeta de memoria instaladas. Si a eso añadimos un objetivo y el grip, el mensaje final es bastante obvio. Tarde o temprano necesitarás un trípode para Fujifilm X-H1, pero no te preocupes, porque tenemos dos muy buenas opciones para ti. Dos clásicos, de hecho: Por un lado, la edición estándar del Gloxy GX-T6662A, con una altura de trabajo límite de 1.62 metros, y una carga máxima de 10 kilogramos. Y por el otro, el Clampod Takeway T1 con su soporte G1. 40 kilogramos de máximo, mayor estabilidad en modo trípode, y como siempre, un precio muy competitivo.
Mochilas y bolsos
La Fujifilm X-H1 posee un cuerpo de aleación de magnesio un 25 por ciento más grueso que los cuerpos de modelos anteriores, trae de fábrica un sellado contra el polvo y la humedad, y también puede trabajar en bajas temperaturas (hasta -10 grados Celsius). En pocas palabras, es una cámara muy robusta, pero sus parámetros básicos de peso y tamaño demandan una buena solución de transporte. Eso nos lleva hasta la mochila Gloxy PRO AW, disponible en tres tamaños diferentes, con un interior acolchado modificable, y una funda impermeable externa. Ahora, si prefieres la comodidad de un bolso estilo bandolero, no mires más allá del Delta 400a Fancier, con el espacio suficiente para llevar a la X-H1 sin desmontar su objetivo.
Flashes
Un poco de iluminación para aquellos momentos en los que el entorno nos traiciona. La Fujifilm X-H1 se defiende bastante bien en situaciones de baja luz, pero no es buena idea abusar de nuestra suerte. Entre los flashes disponibles, hoy nos quedamos con dos modelos. El primero es oficial, Fujifilm EF-42, con número de guía 42, amplios ángulos de movimiento, y un perfil clásico. El segundo es el Nissin i60A, que nos entrega más potencia (número de guía 60), pantalla LCD a color, controles avanzados y soporte inalámbrico. Vale 100 euros más que el flash de Fujifilm, pero lo justifica.
Objetivos
¿Comprar el kit completo, o buscar un objetivo? Considerando el estado actual del mercado, creo que lo mejor en el caso de la Fujifilm X-H1 es seguir la segunda ruta. Dos opciones para cubrir ambos extremos. El Samyang 12mm f/2.0 NCS CS responderá a todas las exigencias que debe enfrentar un gran angular, con un ángulo de visión de 98.9 grados, y una distancia mínima de enfoque de 20 centímetros. Por otro lado, el Samyang VDSLR 50mm T1.5 trabajará de maravillas en fotografía y vídeo a la vez, cortesía de sus optimizaciones de fábrica. Un combo «12+50» por menos de 900 euros. Fujifilm necesita bajar el precio de su 16-55 con urgencia…
La Fujifilm X-H1 encaja a la perfección en la categoría semi pro de cámaras mirrorless. Sus controles requieren un poco más de atención, y la situación de su precio aún no termina de cerrar por completo, pero su rendimiento general es muy sólido tanto en imágenes como en vídeo 4K. Si bien hay cámaras que inclinan la balanza en favor de una u otra función, la Fujifilm X-H1 conserva un buen perfil de comodín, y para algunos usuarios, eso es ideal. ¡Buena suerte!