Durante años, los discos floppy fueron nuestro principal medio de almacenamiento. Lentos, poco confiables y con capacidad limitada, en la práctica eran más un inconveniente que una ventaja. Sin embargo, muchas compañías trataron de mejorar al floppy, o simplemente adaptarlo a sus necesidades. Una de ellas fue Fujifilm, que en algún punto de 1989 unió fuerzas con Panasonic para comercializar al formato LT-1, un diskette de dos pulgadas con poco más de 700 KB de capacidad. El formato LT-1 estuvo disponible para un solo ordenador… y desapareció en tiempo récord.
En la década de los ’80, los discos floppy de 3.5 pulgadas se instalaron como un estándar de facto en la industria. Las unidades de 1.44 MB debutaron en 1986, y a partir de allí, la gran mayoría de los fabricantes no miró atrás. Sin embargo, estos diskettes chocaron con el deseo de construir ordenadores portátiles más pequeños. La solución de algunas marcas fue esencialmente ofrecer unidades externas como accesorios, pero otras decidieron apostar por su miniaturización.
Eso nos lleva a finales de 1989. La gente de Zenith lanzó al mercado su ordenador Minisport, un super-portátil extremadamente liviano, con pantalla LCD, y DOS 3.3 preinstalado en un chip ROM. Pero eso no es lo más interesante, sino que decidió adoptar al formato LT-1 de mini diskettes, creado por Fujifilm. Con un tamaño efectivo de dos pulgadas, LT-1 parecía el compañero ideal para un sistema tan compacto…
Fujifilm LT-1: Un fracaso en dos pulgadas
Colin del canal This Does Not Compute nos explica que Fujifilm se encargó de producir los discos LT-1, y Panasonic fabricó las lectoras. También menciona que la capacidad máxima de cada diskette era de 720 kilobytes, pero el Museum of Obsolete Media reporta un techo de 793 kilobytes. De una forma u otra, era la mitad de lo que ya podían guardar los usuarios con floppies de 3.5 pulgadas, por lo tanto, LT-1 era un retroceso técnico desde su comienzo.
Como si eso fuera poco, los floppies LT-1 valían una fortuna: 10 dólares cada uno, casi 24 dólares ajustados por inflación. El inconveniente era que Fujifilm no podía subsidiar su costo vendiendo unidades, porque ese proceso estaba en manos de Panasonic. Lamentablemente, el Minisport original no vendió demasiadas unidades, y Zenith no tardó en descubrir que el LT-1 se había convertido en un problema. La compañía comenzó a ofrecer lectores externos de floppies tradicionales, y para la segunda versión del Minisport, eliminó la unidad LT-1 por completo.
Fuente: Museum of Obsolete Media