La ciencia ficción tiene nombres que cualquier que se diga fanático tiene que saber. Uno de ellos es Frederik Pohl. Si su nombre no te suena, en este artículo te contamos porque deberías comenzar a leer su obra.
Lo interminable tiene naturaleza de Universo, pero forma de virtud humana; la imaginación de los escritores de ciencia ficción ha puesto de relieve sueños y fantasías, que en su intangibilidad, sirvieron para inspirar el futuro que hoy transitamos y al que ensoñamos y tememos al mismo tiempo. Desde las páginas amarillentas de la revista Galaxy Science Fiction, Frederik Pohl engalanaba a la ciencia ficción con historias imposibles, que luego potenciaba a través de su prolífera lista de libros y otras actividades siempre relacionadas al género que lo cobijó desde pequeño.
La obra de Frederick Pohl
La biografía de Frederick Pohl nos habla de un convencido fanático de la ciencia ficción que por más de 60 años se dedicó a contribuir de innúmeras formas a que el género creciera y se difundiera. Para ello escribió libros clásicos como por ejemplo Heechee, Marte, Mercaderes Espaciales y la trilogía Eschaton, series que marcaron un antes y un después en su repercusión como autor de ciencia ficción. Luego están sus novelas, como Barco de Esclavos, Stardchild, El camino de Drunkard’s, Pórtico (o Gateway), Una plaga de pitones, La era de la Pussyfoot, La venida de los gatos cuánticos y La guerra fresca, entre otras tantas que se publicaron en entregas en su revista Galaxy Science Fiction, de la que hablaremos más adelante.
Entre sus decenas de colaboraciones, entre las que se cuentan las 10 novelas junto a Jack Williamson o “Man Plus” y su secuela junto Thomas T. Thomas, tenemos que señalar a “El Último Teorema”, que realizó junto al (me tiro al piso para una reverencia) genio insuperable de Arthur C. Clarke. Novela que este último no pudo ver publicada ya que un falleció tiempo antes. También escribió junto a Isaac Asimov un libro llamado Our Angry Earth, tratando temas ambientales.
La participación en revistas como Astonishing Stories y Super Science Stories sentaron las bases para que en 1959 fundase Galaxy Science Fiction e IF, con las cuales ganó el premio Hugo durante tres años seguidos. Desde allí, la difusión de la ciencia ficción adquirió un impulso considerable, con la cual él también ofrecía su punto de vista de la vida y la sociedad. Con una mirada crítica y satírica (valga la redundancia) hacia el consumismo y la propaganda de los años 50 y 60 o más tarde con los problemas ambientales, algunas de sus novelas levantaron ciertos silencios cómplices y siempre se mostró como un autor comprometido con su tiempo y su país. Por ello es que también escribió algo de ciencia política y dio clases en universidades sobre el uso de la ciencia en la literatura. En un tiempo se hicieron conocidas las leyes de Pohl, que indicaban que “Nadie está siempre preparado para cualquier cosa” y que “Nada es tan bueno que alguien, en algún lugar, no lo va a odiar”, lo que sería una especie de antecedente intelectual del “haters gonna hate”.
Frederik Pohl murió el 2 de septiembre de 2013 a la edad de 93 años. En su partida, el Salón de la Fama de la Ciencia-Ficción y la Fantasía le guardaron homenaje como miembro ilustre y, junto a ellos nosotros y cientos de miles de fanáticos en todo el mundo.
Más información: Wikipedia