La historia nos dice que Charles O’Rear estuvo en el lugar y el momento exactos para realizar un disparo con su cámara que le cambió la vida. El resultado de dicho disparo es Bliss, la imagen que fue fondo de pantalla en miles de millones de copias de Windows XP, y que hoy es imposible de confundir. 21 años después, O’Rear quiere tocar el cielo con su lente otra vez, creando tres fondos de pantalla nada menos que Lufthansa, bajo la campaña «New Angles of America».
Era el mes de enero de 1996, y el fotógrafo Charles O’Rear se dirigía a la casa de su novia, sin ignorar la posibilidad de obtener un par de imágenes en el camino. En algún punto cercano a la línea divisoria entre los condados de Napa y Sonoma en el estado de California, O’Rear se detuvo, sacó su Mamiya RZ67, y capturó lo que cuatro años más tarde se convertiría en la imagen más vista del planeta. Fue la gente de Microsoft quien le dio su nombre definitivo, «Bliss», y al parecer pagaron tanto por ella (con derechos creativos y comerciales incluidos) que O’Rear debió viajar personalmente a Seattle para llevar todo su material, porque los servicios de correo no tenían la capacidad de asegurar el paquete.
Dos décadas después, O’Rear no sólo está muy lejos de retirarse, sino que volvió a la carga trabajando para una campaña organizada por Lufthansa, con el nombre «New Angles of America». Los tiempos han cambiado al igual que los objetivos, y la idea de Lufthansa no es cubrir sus aviones con las imágenes de O’Rear o lanzar un sistema operativo, sino ofrecer una serie de «secuelas» para Bliss pensando en los miles de millones de smartphones que se usan diariamente.
Todos los interesados pueden descargar las imágenes más arriba, o visitar el portal oficial de New Angles of America (enlace abajo) y obtener sus copias. La resolución es 1.080 por 1.920 (formato vertical), y en lo personal me quedo con «Maroon Bells». Lufthansa también organizó un sorteo (lamentablemente ya no acepta más participantes) que premiará al ganador el próximo 31 de enero con dos boletos a Los Ángeles, una estadía por siete noches, y un «meet and greet» con el propio O’Rear.