Cuando uno imagina a la fotografía previa al siglo XX automáticamente visualiza gente quieta, en posiciones extrañas, asistida por armazones y sillas especiales para mantenerse firme durante las largas exposiciones, pero esas y otras restricciones técnicas desaparecieron en cuestión de décadas, a un punto tal que la fotografía callejera y la cámaras ocultas se convirtieron en algo viable. Eso quedó comprobado gracias al trabajo del matemático noruego Carl Størmer, quien realizó docenas de capturas en la ciudad de Oslo durante su tiempo como estudiante allí.
Carl Størmer es mucho mejor conocido por su trabajo en la teoría del números, y el estudio de las auroras polares. Nació en la ciudad noruega de Skien el 3 de septiembre de 1874, adquiriendo su experiencia matemática en lo que hoy es la Universidad de Oslo (su antiguo nombre era Real Universidad Federicana) entre 1892 y 1897. Eso le dio cinco años para conocer a fondo la capital, y principalmente a la gente que la habitaba. Sin embargo, hay un detalle muy importante que debemos destacar: Størmer era fotógrafo callejero aficionado, y con la ayuda de una cámara oculta C.P. Stirn logró obtener un gran número de imágenes en las que podemos ver a hombres y mujeres desarrollando sus actividades diarias, relajados y sin presiones. Caballeros de impecable vestimenta, muchas damas, la ocasional foto con oficiales o niños y hasta un cuadro con un gato aparecieron en sus capturas. Carl Størmer, un «paparazzi» en 1890.
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