La industria de contenidos se inventa una nueva estrategia contra las descargas y, acto seguido, aparece una nueva iniciativa que la contrarresta. Pablo Soto, el experto que diseñó programas de P2P muy eficaces y debido a los cuáles se encuentra ahora mismo en un juicio pendiente de resolución, acaba de sacar a la Red otra utilidad que ha dejado con la ceja alzada al lobby del copyright. Se trata de un Google de las descargas, o lo que es lo mismo, un buscador centrado exclusivamente en enlaces de redes P2P. Todo un desafío a la industria cultural que, además, no contiene publicidad.
Los internautas no ganan para sustos pero sus acérrimos oponentes parece que tampoco tienen respiro. A cada acción represiva por parte de las compañías de contenidos con derechos de autor, aparece una reacción por parte de los usuarios que intentan seguir ejerciendo su derecho al intercambio de archivos. Pablo soto se encuentra inmerso en un juicio donde la Asociación Promusicae le reclama 13 millones de euros en concepto de indemnización, sin embargo, lejos de asustarse, acaba de sacar un software que desafía nuevamente al mundo de la industria cultural.
Se trata de un buscador de enlaces, bautizado como Foofind, que vendría a ser algo así como el Google de las descargas. Tan sencillo como aquél, el programa de Soto presenta una simple cajeta donde colocar el nombre de lo que buscas y una vez pulsado el botón, aparecen multitud de enlaces que te dirigen automáticamente hasta programa de descargas favorito. Los resultados se pueden mostrar en todas las redes en las que busca (eMule, Magnet, BitTorrent, Web y Ftp) o sólo en algunas ellas, permitiendo a la vez seleccionar el archivo buscado por tamaño.
"Hemos querido ser a las redes P2P lo que Google es a la web", comenta Soto para explicar la filosofía de Foofind. Para "hacer una fotografía de lo que se encuentra" y mostrarlo en la página de resultados, el programador y su equipo han creado un software que recorre e indexa todo lo que encuentran en esas redes de forma automática. Soto califica de “bonito” el modo en que han diseñado la estrategia para organizar y dar una forma eficaz a la maraña de datos de las 5 redes utilizadas. El programa puede indexar hasta 32 mil millones de enlaces, pero por ahora sólo contiene unos 9 millones de ellos. No obstante, el ritmo de indexación aumenta día tras día y en pocos meses podemos estar viendo cientos de millones de enlaces dispuestos para la descarga.
Soto ya está escarmentado por la demanda que interpuso Promusicae contra él por diseñar Manolito, un programa de intercambio de archivos (P2P) por el que le piden 13 millones de euros. Con Foofinder ha sido más cauto y ya tiene preparada su defensa. Alega que este buscador no se diferencia de Google en nada y, además, implementa un filtro para evitar los contenidos con copyright. Y por si no tuvieran bastante, también habilita una dirección para que las empresas que sientan sus derechos de autor vulnerados lo pongan en conocimiento de la página y se proceda a eliminarlos inmediatamente.
Foofind no dispone de un sistema sofisticado de relevancia para localizar los enlaces más allá de mostrar los resultados en función de los términos que se han especificado en la caja de búsqueda. "Lo único que tenemos en cuenta, además, es el número de fuentes, qué popularidad tiene ese contenido", señala su creador. En cuanto a la licencia del buscador, aquella que permite copiarlo o modificarlo, Soto especifica que el código tiene licencia GPL, lo que permitiría crear clones del mismo. Lo único que no tiene una licencia abierta, por ahora, es el algoritmo que se utiliza para encontrar los archivos, "aunque tampoco descartamos publicarlo en un futuro", añade.
Nuevo desafío de una de las mentes más brillantes del panorama nacional del intercambio de archivos. Ante esta inteligente provocación, Promusicae ya ha advertido que vigilará atentamente este programa. El presidente de la asociación, Antonio Guisasola, califica de "cruzada personal contra la industria" la nueva creación de Soto al no incluir publicidad y, por tanto, no recibir ingresos por su actividad. La ley ha sido muy clara en España en cuanto a la legalidad de compartir archivos. Es completamente legal tener una página con enlaces puesto que ni guardas contenidos ni se definen como comunicación pública. Sobre todo si no existe ánimo de lucro y la publicidad, una posible vía de ataque por la que se podían colar las asociaciones de derechos de autor, ha quedado eliminada con la nueva creación de Soto.
Guisasola, muy contrariado por esta circunstancia, puntualiza que, "en principio", Foofind no comete una infracción directa aunque sí "facilita la piratería". Como no tienen base legal donde agarrarse alega que “La legislación en EEUU incluye la responsabilidad contributiva para referirse a alguien que no es el responsable directo de algo, pero sí es cooperador imprescindible". Este concepto, que no existe en la legislación española, podría ser utilizado por la industria cultural para demandar a las páginas que incluyen enlaces a contenidos con copyright basándose en la idea de que, sin ellos, el usuario no llegaría a descargarlos. Sobre todo ahora que la nueva “ley Sinde” declara entre sus principios el lucro “directo o indirecto” y la “intención de hacer un daño patrimonial”.
Y me pregunto yo ¿cómo demonios se articula ese argumento del “cooperador imprescindible” para rematar el programa de Soto? ¿Telefónica no es un colaborador imprescindible también? ¿Y las compañías eléctricas? ¿Incluso Internet mismo?¿Eliminamos directamente la Red y así no se intercambian archivos digitalmente?