Muchos conceptos tratan de tomar al mercado por asalto, prometiendo el Sol, la Luna, y un par de planetas más en el proceso. Entre esos conceptos encontramos a Fontus, un sistema compacto de condensación que en teoría puede generar medio litro de agua en una hora. Esta «botella que se llena sola» sería un desarrollo espectacular para quienes practican deportes extremos y se mantienen lejos de la civilización… asumiendo que funcione.
Dependiendo de la región en la que nos encontremos, la condensación puede ser algo raro, o frecuente en extremo. Entre los vidrios empañados en invierno por la diferencia de temperatura y los equipos de aire acondicionado que no paran de gotear durante el verano, extraer agua del aire no parece ser algo tan complicado… hasta que consideramos la energía involucrada. Por este motivo es que cualquier sistema super-compacto de condensación es tomado con pinzas. La primera vez que hablamos sobre una botella que se llena sola de agua fue en 2012. La gente de NBD Nano dijo que sería posible imitar al escarabajo del desierto, pero cuatro años después, la botella es un misterio. ¿Qué es lo que sigue en la lista ahora? Su nombre, es Fontus.
Un par de búsquedas en la Web nos indican que Fontus hizo acto de presencia en el año 2014, cuando participó en el concurso James Dyson de diseño. Básicamente, la promesa de Fontus es que puede generar hasta medio litro de agua en una hora bajo condiciones «ideales», o sea, con una temperatura ubicada entre los 30 y los 40 grados Celsius, y una humedad del 80-90 por ciento. El dispositivo combina a una serie de superficies hidrofóbicas con un panel solar que mantiene cargada a su batería integrada, y en la parte superior también existe un filtro destinado a mejorar la calidad del agua. Fontus es muy compacto, a un punto tal que puede ser montado en una bicicleta con facilidad, o cargado en una mochila.
Y eso es todo. No hay detalles sobre los materiales, ni especificaciones completas. A decir verdad, el Fontus ni siquiera tiene página oficial. Su creador, el diseñador austríaco Kristof Retezár, admitió que el prototipo aún necesita trabajo (especialmente por el lado del filtro), y que el siguiente paso es apelar al crowdfunding para financiar el desarrollo de una versión comercial. Su precio sería cercano a los 100 dólares, siempre y cuando escape a su estado de concepto. En resumen: Tengo muchas dudas, pero si logra hacerlo funcionar, bienvenido sea.
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