Desde George R. R. Martin con WordStar 4.0 hasta los jinetes del Bloc de Notas, hay mucha gente allá fuera que desea (o directamente necesita) entornos sin distracciones para escribir algunas líneas. De hecho, también hemos visto proyectos de hardware que buscan eliminar al máximo todos los elementos secundarios de un procesador de texto, pero hoy regresamos a una de las mejores soluciones en software, FocusWriter, que fue actualizada recientemente.
Un par de días atrás me crucé con un curioso dispositivo llamado ZeroWriter. En esencia, se trata de un teclado 40% conectado a un Raspberry Pi Zero y una pantalla de papel electrónico, todo guardado dentro de una carcasa impresa en 3D. Admito que no es el mejor diseño del mundo, pero lo que importa aquí es su objetivo: Ofrecer al usuario un entorno de escritura libre de distracciones.
Por supuesto, la idea no es nueva. Tal vez algunos de nuestros lectores recuerden al Hemingwrite (convertido después en el Freewrite), pero su precio siempre ha sido absurdo. El camino más efectivo y económico para obtener una experiencia similar es a través del software, y así llegamos a las puertas de FocusWriter.
Cómo escribir sin distracciones con FocusWriter
En su configuración por default, FocusWriter nos presenta una mesa de madera y una hoja, eso es todo. No hay reglas, ni márgenes, ni asistentes, ni controles de fuente, nada. Para acceder a algunas de esas funciones (y digo «algunas» porque no todas están disponibles), debemos mover el cursor del ratón hacia la parte superior de la pantalla. Del lado izquierdo tenemos una lista de escenas, y en la parte inferior aparece una pequeña barra con un contador de palabras, un reloj, y el progreso diario.
El plan es escribir de inmediato, pero la sección de Preferencias dentro del menú de Configuración merece nuestra atención. Allí podemos activar los sonidos de máquina de escribir al tipear, elegir el formato de guardado por default (ODT de fábrica), definir objetivos diarios (minutos o palabras), activar estadísticas adicionales (digamos, número de páginas o párrafos), calibrar la ortografía, y personalizar la barra de herramientas. Fuera de ese menú, la sección de Temas nos ayuda a cambiar por completo la apariencia del escritorio. La opción «Vieja Escuela» es mi favorita.
FocusWriter ha recibido un update después de seis meses, el cual corrige múltiples bugs. Es compatible con Windows 10 y 11 (x64), y Linux, pero al tratarse de un proyecto open source, imagino que cualquiera puede crear un port. También posee un build portátil. ¡Enlace más abajo!
Sitio oficial y descargas: Haz clic aquí