Final Fantasy VII: Advent Children es sobre redención. Sobre la redención de un héroe que, una vez, a dos años de comenzado el relato, salvó a la humanidad. Es sobre perdón y sobre saber perdonarse. Es sobre el alma, la naturaleza y la amistad. Advent Children es todo lo que esperábamos que fuese, y mucho más. Es Final Fantasy, puro y duro, sólo apto para fanáticos de la serie. Existe un estigma sobre toda película basada en un videojuego. Los estudios compran licencias y tratan de universalizarlas para el gusto del público masivo. Y los fanáticos, en la traducción fílmica, perdemos todo lo que hace especial al juego. Pero Advent Children, por suerte, no cae en esa tendencia. Y no podía ser para menos. El diseñador de arte y personajes de Final Fantasy VII, Tetsuya Nomura, está detrás de la silla del director, con la ayuda de Takeshi Nozue como co-director. Yoshiro Kitase, quien estuvo vinculado a Final Fantasy desde el primer título, es productor y Kazushige Nojima –que está trabajando en la saga desde Final Fantasy VII- escribió el guión. ¿Qué podía fallar? Es cierto que el fantasma de Final Fantasy: The Spirits Within todavía pesaba sobre Square-Enix. Pero, gracias a Dios, los orientales fueron los suficientemente sabios como para aprender de sus errores. Final Fantasy VII: Advent Children es disfrutable por todo el mundo, pero sólo los verdaderos fanáticos sabrán aprovechar cada segundo de película.
De madres, hijos y hermanos
Advent Children comienza dos años luego de que Sephirot fue derrotado. El mundo ha quedado devastado por las vejaciones hechas por Shin-Ra Corporation en el flujo de vida. Cientos y cientos de niños huérfanos viven en los callejones de la ciudad destruida. Y, como si su presente ya no fuera una desgracia, todos padecen de Geostygma. El Geostygma es una enfermedad que provoca muchísimos dolores, su origen es desconocido al comienzo del filme. Tifa reabrió su bar, Seventh Heaven, el que fue destruido en el juego, y Cloud tiene un servicio de entregas. Podría ser el retiro pacífico de ambos héroes. Se lo merecen. Pero Cloud sufre. Sufre por la muerte de sus amigos, por la muerte de Zack (personificado en la película como un lobo) pero, principalmente, sufre por la muerte de Aeris, de la que se siente culpable. Cloud sufre porque también tiene Geostygma, y sabe que morirá de un momento a otro. Y cuando es momento de entrar en acción, Cloud ya no es el mismo. Pero debe, un grupo de nuevos personajes entran en acción y buscan a Madre. ¿Quién es Madre? ¿Qué relación guardan estos nuevos personajes con Sephirot? ¿Qué es el Geostygma? Todas esas preguntas, serán contestadas en la hora y cuarenta minutos que dura la película.
Redención
Los primeros cuarenta minutos de película sirven como introducción de los personajes, de su situación actual y nos llena de interrogantes. De un momento a otro, cuando Cloud decide que es momento de entrar en acción, la película se transforma y las escenas se llenan de vértigo, luchas, peleas y reencuentros. Poco a poco, también, los interrogantes se van resolviendo –aunque exigen mucha atención por parte de la audiencia- y el final, oooohhh, el final, amigos, es lo mejor que se ha visto en el universo Final Fantasy. En el transcurso de la película hay de todo: filosofía, acción, vértigo, llantos y sonrisas. Y muchísimas referencias al videojuego en el que está basado, así como decenas de simbolismos. Y a cada segundo agradecemos a Square-Enix por otorgarnos tamaña experiencia.
La banda de sonido es increíble, y bien merece ser escuchada a parte, en cualquier momento. Especialmente la de la escena final.
La animación es muy buena. No está a la par de The Spirits Within pero no hace falta que lo esté. Ni queríamos que así fuera, el proceso de producción hubiese sido más largo y los costos mayores. Y todos queremos que a Square le vaya bien para seguir entregándonos estas joyas. La dirección es soberbia. Las escenas dramáticas están llevadas con mano experta, y Nomura sabe como conmover al fanático. Los combates son increíbles. Ni los hermanos Wachowski (directores de Matrix) hicieron algo tan prolijo, coreografiado y tan frenético. Entre las batallas se distingue una a mitad de película, contra una invocación de materia y, claro, el final. Hay escenas de persecuciones también, y el vértigo es algo que difícilmente vayamos a vivir en un filme hollywoodense.
Final Fantasy VII: Advent Children es una película impresionante, hecha con mano maestra, pensada para los jugadores y fanáticos de Final Fantasy VII. En definitiva, ¡es buenísima!
Descarguen la película completa desde TorrentSpy y los subtítulos en castellano desde SubDivx. ¡Que la disfruten!