Netflix ha cambiado por completo la forma en la que vemos series y películas, pero la presencia de ciertos contenidos se encuentra atada a acuerdos, licencias, permisos, y una larga lista de condiciones que fastidian al usuario. Estas trabas también afectan a muchos clásicos imperdibles del cine, los cuales se quedan al margen del mundo digital, pero ya no más: FilmStruck quiere convertirse en el Netflix de los clásicos, y su catálogo definitivamente demanda atención.
Algunos medios especializados se encargan de cubrir con lujo de detalles las modificaciones en los catálogos de los principales servicios de streaming, comenzando por Netflix, Hulu y Amazon. De más está decirlo, los proyectos originales de cada servicio se mantienen intactos y con una disponibilidad global, pero los medios tradicionales ven al streaming como un monstruo a punto de arrasar con todo en su camino (o mejor dicho, ya arrasa) y una vez que alcanzan las condiciones técnicas mínimas, retiran sus series y películas para ofrecerlas por su cuenta. Lamentablemente, esto causa una saturación indeseada del mercado, y obliga al usuario a mantener cuatro o cinco suscripciones diferentes.
Quien se suma al baile es FilmStruck, un nuevo servicio que surge de un acuerdo entre Criterion (compañía conocida por su distribución de clásicos en formatos hogareños), y nada menos que Turner Classic Movies (TCM). Ahora, debo reconocer que su catálogo es gigantesco. Aún no he terminado de hacer scroll en la página oficial, y apenas voy por la letra M, bajo la que encontré a Metrópolis, y la versión de Moulin Rouge de 1953. Algunos filmes no son tan antiguos (fines de los ‘90), y me crucé con varios que ya pertenecen a este siglo, pero el ojo entrenado localizará sin problemas trabajos como El Señor de las Moscas, El Gran Dictador, Yojimbo, La Bella y la Bestia (1946), El Niño Elefante, Heavy Metal (1981)… bueno, creo que podría seguir hasta mañana nombrando películas.
Lamentablemente, la calidad y la cantidad de títulos en el catálogo de FilmStruck es irrelevante, ya que TCM decidió seguir la misma regla estúpida y sin sentido de otros distribuidores, que es imponer restricciones geográficas, en esencia, «sólo para Estados Unidos». Otro aspecto preocupante de sus términos y condiciones es la cláusula de cero devoluciones, algo que muchos usuarios deberían cuestionar antes de pagar los siete dólares por mes que piden. Me gustan los clásicos como a cualquiera, pero con esas reglas, lo único que hacen es volver más atractivo a Netflix.
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