Impresoras 3D por aquí, impresoras 3D por allá. La industria y el mercado no paran de hablar de estos dispositivos que serán protagonistas de los próximos años de la fabricación de objetos y repuestos. Eso sí, nadie dicen mucho sobre el material que requieren las impresoras hogareñas. Este es plástico ABS, un producto todavía demasiado caro. Con este problema por delante, se creó Filabot, una máquina que recicla plástico para crear materia de impresión 3D y puede llegar a ser histórica por lo bien que funciona.
Cada día que pasa es un nuevo punto de evolución para las impresoras, que proveen mejores resoluciones de impresión, más eficiencia, más portabilidad por reducción de su tamaño y más plataformas compatibles con sus formatos. Sin embargo, el plástico que se usa como materia prima para imprimir es bastante costoso, lo que implica que la tecnología todavía no es lo suficientemente eficaz como para poderse vender masivamente. En el largo camino que las impresoras 3D están transitando hasta volverse masivas, la economía de sus materiales posee un rol fundamental. Ya que sólo con la reusabilidad asegurada a través del reciclado de los materiales (como sucede con las impresoras a tinta), los consumidores apostarán a esta nueva tecnología como inversión. Una compañía conoce bien esta premisa en la difusión y aceptación de una nueva forma de hacer las cosas, y por eso está ofreciendo un dispositivo que recicla plástico para crear material de impresión 3D.
Fundado a través de Kickstarter, el Filabot es un dispositivo que transforma tus plásticos reciclables en “tinta” para ponerle a tu impresora 3D. Como si fuera una trituradora de carne electrónica, esta máquina convertirá objetos de plástico reciclable en material para impresión 3D, ofreciendo una de las mejores ideas a la hora de ahorrarse dinero, tiempo y preservar la ecología a la hora de adquirir ese material tan necesario para que las impresoras cumplan con su cometido. Como ya te has enterado si eres asiduo en Neoteo, las impresoras 3D imprimen objetos gracias al calentamiento, derretimiento y posterior extrusión capa por capa de plásticos (aunque hay de otros materiales, como arcilla, arenisca, yeso, etc.) Con un peso de 40 dólares el kilo, este plástico no es algo barato cuando los proyectos llevan varios gramos. Además, es difícil de conseguir porque las impresoras 3D todavía son un lujo de un porcentaje muy bajo de personas.
Con Filabot el panorama cambia, ya que puedes alimentarla con plásticos reciclables y sacar material de impresión 3D en forma de largos filamentos, como se ve en el video. Lo que te ahorras en material plástico para los primeros proyectos, lo tendrás que poner en la máquina que costará cerca de los 500 dólares una vez esté terminada. De todas formas y unos cuantos proyectos después, la inversión estará amortizada. Este modelo y concepto no hay que tomárselo a la ligera, pues tal y como dicen en el video, puede cambiar para siempre el panorama de la impresión 3D, tanto como producto o como concepto a ser mejorado por alguna gran compañía del rubro. La cuestión ecológica también puja fuerte, pues según afirma Joshua Pearce –su creador-, con 20 envases de leche se consigue sacar alrededor de un kilo de filamento plástico. Además, imagina que cada objeto 3D que no te salió bien podrá volverse a convertir en material para evitar desecharlo y aprovechar un poco extra.