Según científicos de la Universidad de Tel Aviv, Israel, muchos de los avistamientos de objetos voladores no identificados podrían ser productos de la naturaleza y pueden ser explicados mediante una rara combinación entre nubes de tormenta, electricidad, luz y – cómo no- una mente dispuesta a ver un OVNI donde no lo hay. Parece que nos vamos quedando sin misterios, sin historias acojonantes para contar por las noches alrededor del fuego.
Antes de comenzar, tenemos que recordar que se considera un OVNI a cualquier objeto volador no identificado. Es decir, si ves algo que está volando y no sabes qué es, pues es un OVNI. No hacen falta enanitos verdes asomándose por escotillas ni cabezones grises de ojos saltones abduciendo ganado para que se trate de un fenómeno de este tipo. Cuando uno ve el número enorme de reportes de OVNIs que se registran cada año, no tiene otra alternativa que suponer que hay una explicación bien terrestre para ellos.
Parece ser que muchos de los avistamientos pueden explicarse a partir de un fenómeno natural conocido como “sprites”. Los sprites son unos destellos de luz que se dan en la atmósfera como resultado de las descargas eléctricas que se producen durante las tormentas. Estas luces, que parecen danzar sobre las nubes, han sido reportadas varias veces, pero no se investigaron en profundidad hasta hace un par de décadas. Efectivamente, aunque los sprites han estado allí arriba durante millones de años, se descubrieron por primera vez y por absoluta casualidad en 1989, cuando un investigador calibraba una cámara fotográfica que utilizaba para fotografiar las estrellas.
Los científicos de la Universidad de Tel Aviv han descubierto que estos sprites se mueven a través de la atmósfera a una gran velocidad y a veces siguiendo trayectorias completamente enredadas. Esto parece coincidir con los testimonios de los que dicen haber visto OVNIs que realizan giros cerrados a altísimas velocidades. Al no tener masa (solo se trata de luz), un sprite puede hacer cosas realmente curiosas en el cielo. También explicaría la manera en que estas escurridizas (y supuestas) naves extraterrestres se esconden dentro de las nubes emitiendo misteriosos destellos que se ven desde el exterior.
El profesor Colin Price, jefe del departamento de Geofísica y Ciencias Planetarias en la Universidad de Tel Aviv, dice que las tormentas eléctricas son el catalizador de un fenómeno natural. Price y sus colegas han conformado uno de los principales equipos del mundo especializados en el análisis científico del fenómeno OVNI. Por lo pronto, Price asegura que los sprites aparecen sólo en el hemisferio norte y durante el invierno. Eso deja a los chalados de los extraterrestres un buen margen para contraatacar y retarlo a que explique los avistamientos que se producen en verano y en el hemisferio sur.
Este fenómeno “se produce encima de la mayoría de las tormentas”, explica Price, “pero no los habíamos detectado hasta hace relativamente poco. Surgen muy alto en el cielo y duran sólo una fracción de segundo.” Son destellos de luz que aparecen en la atmósfera superior, entre los 70 y 110 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Esta es una altura mucho mayor a los 15 o 20 kilómetros donde se producen por lo general los rayos. “Los rayos de la tormenta aumentan la intensidad del campo eléctrico, produciendo un destello de luz que llamamos sprite”, agrega Price. La ciencia, una vez más, se encarga de quitarnos el misterio de lo desconocido.