Hace 20 años, Tim Berners-Lee le presentaba a su jefe la idea de una red interdisciplinaria para compartir información a distancia con sus colegas científicos. Fue en 1989, un 13 de marzo, que todos en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) se pusieron a trabajar en lo que hoy conocemos como Internet. Nuestra amada red cumple años y en NeoTeo se lo festejamos con recuerdos y agradecimientos. ¿Te nos unes?
La historia ya la sabes. El 13 de marzo de 1989, un tal Tim Berners-Lee le presentó a su jefe del CERN la idea de crear una red informática para compartir información entre científicos. Es que las investigaciones que se llevaban a cabo en el laboratorio, a menudo requerían de información externa o de otros laboratorios. El ida y vuelta de papers atrasaba, y mucho, el desarrollo de las cosas que allí se investigaban. La web, por supuesto, no nacería ese día. Pero sí es la fecha que se toma como el comienzo de su gestación. Por eso, en el CERN hoy es día festivo.
De todas formas, no sería hasta octubre de 1990 que Berners-Lee y sus colegas pudieron poner a punto el primer navegador web. Y recién un año más tarde, en 1991, fue que Internet se abrió al mundo. Es que en el CERN sabían que tenían algo grande entre manos, y que ellos no tendrían la capacidad de garantizar el desarrollo a futuro de su nueva creación. Y lo bien que hicieron, sin ese gesto nada de esto hubiese sido posible. Tú no estarías aquí, y nosotros estaríamos metidos en alguna oficina haciendo papeleo. ¡Qué aburrido!
Mis Recuerdos
En lo personal, comencé a usar Internet en 1996, con esos modéms que chirriaban rompiendo tímpanos, y luego de un accidentado inicio en el mundo de las BBS. Desde entonces Internet ha estado a mi lado, en las buenas y en las malas. Gracias a Internet conocí a mi actual mujer (y a casi todas las que le precedieron, Dios las tenga en su gloria y no las suelte). Gracias a Internet tengo el trabajo que tengo hoy, que me permite vivir en camiseta y calzoncillos las 24 horas del día, los 365 días del año. Gracias a Internet escuché música que jamás hubiese escuchado, leí libros que jamás hubiese leído y vi películas que jamás hubiese visto de otra manera. Gracias a Internet conocí gente increíble, algunas buenas, otras malas, pero que dejaron (todas, sin excepción) alguna marca en mi vida. Le debo mucho a Internet. Me cambió la vida por completo, para bien y para mal pero, en el balance, las cosas buenas superan con creces las malas.
Recuerdo que entre mis conocidos fui el primero en utilizar la web. “Cosa de nerds”, decían todos con desprecio, en sus inicios. Tan marginal era la pobre que yo me veía obligado, por vergüenza, a esconder mis ligues informáticos. Es que cuando comencé a dominar las olas del ciber espacio, y siendo un joven con unas hormonas a punto de estallar, siempre había un chat, un foro, algún sitio de contactos que me apagara la sed carnal. Y eso de ligar en el chat, hace muchos años, estaba visto como un pecado capital entre los “machos de bien”. Hoy las cosas, por suerte, son diferentes y los viejos prejuicios ya no son más que memorias. Porque Internet nos cambió la vida a todos, para bien y para mal. Tanto nos cambió, tanta influencia tiene sobre nuestras cabezas, que por todos lados quieren ponerle límites, pero en realidad lo que quieren es limitar NUESTRAS libertades, porque la red es poderosa, y ellos lo saben. Saben que todo lo que aquí suceda no lo pueden controlar y eso no es algo que les convenga. Por eso, es nuestro deber cuidarla como ella nos ha cuidado, defenderla de quienes quieran dañarla y hacernos escuchar cuando las voces tratan de callarla.
Así que, para comenzar con nuestra tarea, que es larga y ardua, y en este día tan especial, en NeoTeo queremos saber. ¿Cómo te cambió Internet la vida a ti? Por favor, cuéntanos tu historia y celebremos con alegría estas Bodas de Porcelana. ¡Que viva Internet y que sea por muchos años más!