El mundo del software libre está de parabienes. Hace poco menos de un mes, la versión 8.04 de Ubuntu salió a la calle. Y ahora, apenas pasaron dos días, y una nueva versión de Fedora está disponible para descargar. Algo curioso: Lo que iba a ser un análisis, terminó siendo una batalla campal.
Una de las mejores maneras de considerar a Fedora es como el heredero de Red Hat. El Red Hat Project fue abandonado en 2003, y con la buena voluntad de mucha gente, se dio paso al Fedora Project. Nueve versiones han salido hasta la fecha, la última haciendo acto de presencia el pasado 13 de mayo. En esta nueva versión de Fedora se incorporaron cambios muy llamativos, entre los cuales podemos destacar:
1) La nueva versión de GNOME, en su versión 2.22
2) La incorporación de KDE 4.0.2, para aquellos que prefieran esta interface
3) PackageKit, el nuevo entorno gráfico para el sistema de administración de repositorios
4) OpenOffice en su versión 2.4
5) La presencia de Firefox 3, en su versión beta 5
6) NetworkManager, un nuevo administrador de conexiones y dispositivos de red
Ahora, en muchos lugares se está diciendo que esta versión de Fedora podría competir directamente con el Hardy Heron de Ubuntu. La única manera de comprobar eso es descargar un Live CD y testearlo nosotros mismos, así que eso fue lo que hicimos. Por supuesto, y como es nuestra costumbre, lo arrojamos a la sartén al correrlo en un vetusto Pentium III, a ver cómo responde.
Y los resultados fueron, bueno… malos. El Pentium III está por encima de los requerimientos mínimos de Fedora (Pentium II a 400 mhz, 256 mb de RAM para el entorno gráfico) y sin embargo fue como si estuviera arrastrando un yunque. Usamos el Live CD con KDE incorporado. Gráficamente no hubo problemas una vez cargado, pero sí notamos algunos errores de pantalla durante su inicialización.
Cabe mencionar también que ni Firefox ni OpenOffice están presentes en el Live CD, por lo que nos quisimos dedicar a explorar otros campos del nuevo Fedora… aunque hubo que esperar a que terminara de iniciarse. Esto lo tomó unos siete minutos en nuestro P3. Estimamos que tal vez habría que bajar un poco la calidad gráfica para hacerlo más fluido, pero KDE hizo algo poco probable en Linux, pero sí muy conocido en Windows: Se nos colgó. Estábamos en plena configuración de ventanas cuando se quedó duro como una piedra, ni siquiera pudimos llegar a sacar un screenshot. Nos rescató un Ctrl+Alt+Backspace que nos envió al mundo de la consola de sistema, y un nuevo login como root nos puso en camino otra vez… o eso creíamos.
Intentamos hacer algo más sencillo: Reproducir un mp3. Fedora detectó correctamente la tarjeta de sonido integrada en el ordenador, y sólo fue cuestión de quitar la tilde en la opción Mute para dejar todo listo. Debemos reconocer el buen trabajo de Fedora al leer particiones NTFS, ya que pudimos accesar a nuestros mp3 muy rápidamente. Sin embargo, el problema surgió al querer abrir uno. Primero, no había programa asociado para abrirlo. Ante este dilema escogimos JuK, y le dimos Play.
El silencio era preocupante. Después notamos que el mp3 estaba codificado en formato VBR, y para descartar posibles problemas, escogimos otro de 128 kbps en modo constante. Primero nos encontramos con esto:
Y luego con esto:
Fue suficiente. O el Pentium III no es para Fedora, o Fedora no es para el Pentium III. Lo reconocemos, es un ordenador antiguo y la tendencia de los desarrolladores es ir dejando de lado a cierto hardware viejo para concentrarse en el nuevo, pero no poder hacer algo tan simple como reproducir un mp3 le dio al Live CD de Fedora una productividad de cero en este ordenador. Sin embargo, somos justos, y decidimos probarlo en otro ordenador, con un poco más de jugo. Haz clic en la siguiente página para ver cómo nos fue.
Esta vez usamos una portátil, con un procesador Pentium M a 1.7 Ghz, y 1 GB de RAM. Desde el inicio, Fedora demostró que este ambiente le era mucho más cómodo, reduciendo el tiempo de arranque del Live CD a apenas un par de minutos. También detectó correctamente video, sonido, y hasta el touchpad, pero no pudimos usar el sistema de tapping para confirmar los clics, sino que hubo que recurrir al botón físico del touchpad para hacerlo.
Y como nos quedó un sabor amargo en la boca por no poder escuchar un mp3, volvimos a intentarlo aquí. En esta ocasión copiamos el mp3 a un pendrive. Fedora lo detectó, pero al querer abrirlo con Dolphin, el caos se desató, y tuvimos que reiniciar. Al hacerlo, dejamos el pendrive puesto, y esta vez lo leyó sin problemas. Todo esto, para encontrarnos con exactamente el mismo cartel de antes.
Entonces, cortamos por lo sano. Cerramos JuK, y ejecutamos Kaffeine Player. Hasta donde sabemos, Kaffeine es compatible con archivos mp3, pero no nos sorprendió mucho al encontrarnos el mensaje de error que te mostramos en la foto. Si falta alguna dependencia, algún archivo, plugin, extensión, código, o algo parecido, sinceramente no creemos que sean excusas del interés del usuario común. Esperamos que en el futuro, los Live CD tanto de Fedora como de otros distros que tengan deficiencias similares, reproduzcan mp3 por defecto.
Quedó claro que, al menos por hoy, no íbamos a escuchar mp3 en Fedora. Así que decidimos navegar un rato, previa configuración de número IP en la tarjeta de red, y nos encontramos navegando en Konqueror. Intentamos varias veces usar el Ctrl+Enter para completar la dirección, pero a Konqueror no parece gustarle eso. Apenas saltamos a una página, ya recibimos un mensaje indicando que necesitábamos Flash, el cual decidimos instalar (con la esperanza de que lo hiciera en memoria, y no se cometiera la evidente estupidez de querer escribir en el CD).
En la página de Flash nos pidió especificar el tipo de paquete, y PackageKit salió al rescate muy eficientemente, actualizando el listado de paquetes y encargándose de todo. Al cabo de tres o cuatro minutos, recibimos un lindo cartel de Installation Complete, sólo para que se nos cierre Konqueror, se trabe el audio con un insoportable tin tin tin tin de fondo, y nos viéramos obligados a reiniciar. Después de esto, arrojamos la toalla.
Puede que haya sido un día muy malo para nosotros, pero nuestra experiencia con el Live CD de Fedora fue apocalíptica. Una cosa es tener que instalar Flash, y otra es que demande cierto nivel de hardware, pero el no poder reproducir un mp3 por defecto saca de quicio hasta al más paciente. Si estás usando Ubuntu, la verdad es que no vemos razón alguna para que hagas el cambio. Y si aún así deseas darle una probada a Fedora, haz una instalación completa en vez de usar el Live CD. Otra verdad es que estos nuevos distros de Linux se están volviendo muy inadecuados para ordenadores antiguos. Y si una de las razones principales para instalar Linux es porque los Windows son demasiado pesados, las alternativas son cada vez menores. Nosotros no la tuvimos, pero si la necesitas, ¡buena suerte!