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Famoso «hacker» crea un coche autónomo en su garaje

George Hotz no necesita ninguna clase de presentación. En agosto de 2007 demostró ser el primer entusiasta en lograr un «carrier unlock» sobre el iPhone original, y en los primeros meses de 2010 hizo temblar la seguridad de la PlayStation 3, esfuerzo que más tarde lo vio enfrentado a Sony en una corte. Ahora, Hotz regresa con nada menos que un coche autónomo, basado en un Acura ILX 2016 altamente modificado, al que «construyó» dentro de su garaje en apenas un mes.

Los coches autónomos representan una línea de desarrollo que le quita el sueño a compañías como Google, Tesla y Uber. En el primer caso, el gigante de Mountain View continúa acumulando horas con su flota de vehículos, mientras que Tesla ya ofrece al «Autopilot» en su último modelo. Por otro lado, el deseo de Uber apunta a una legión completa de coches sin conductores que trasladen a sus millones de clientes, bajando los costos de manera significativa. La idea general no sólo implica hacer más segura a esta tecnología, sino también más económica. El Autopilot de Tesla es un ejemplo contundente, ya que además del software depende de al menos una docena de componentes, incluyendo uno proveniente de la compañía israelita Mobileye. La relación entre coches autónomos, Tesla, Autopilot y Mobileye trae a un nombre famoso de regreso: George Hotz.

 

A través de un amigo, Hotz fue contactado por el mismísimo Elon Musk, quien al parecer le ofreció un bono multimillonario (y un trabajo en Tesla), pero cuando vio en acción a la implementación de Mobileye, el joven de 26 años quedó convencido de que podía hacerlo mucho mejor por su cuenta. El resultado es un Acura ILX 2016 modificado con una plataforma LIDAR, varios sensores, un mini-PC, y una pantalla táctil de 21.5 pulgadas, entre otras cosas. El objetivo final es vender (a través de su propia compañía comma.ai) un paquete compacto con un software de inteligencia artificial entrenado al máximo, y seis cámaras que podrán ser instaladas sin mayores inconvenientes en casi cualquier coche, a un precio de mil dólares.

La aproximación de Hotz a este enorme desafío tiene un ángulo muy interesante. En vez de bombardear al sistema con reglas definidas y estructuras a obedecer, lo que él propone es que la inteligencia artificial aprenda a conducir tal y como lo hace un humano, o sea, observando cómo conducen otros, imitando sus técnicas, y mejorando cada vez más. Hotz reconoce que tiene mucho trabajo por delante, pero el periodista de Bloomberg que lo visitó no sólo salió de paseo con el coche autónomo (vídeo más arriba), sino que se fue sorprendido.

Escrito por Lisandro Pardo

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