La frase dice “otra vez la burra al trigo”, con múltiples variantes alrededor del globo, pero la idea de fondo permanece intacta: Facebook redobla la apuesta con su propuesta de aplicar tecnología de reconocimiento facial, esta vez sobre las fotos de perfil, para mejorar su sistema de “sugerencias” de etiquetas. Aunque los usuarios tienen la opción de no participar, el anuncio ya está moviendo algunos hilos legales en ciertos países, además de plantear los clásicos interrogantes de turno.
Si estamos de acuerdo en algo, es que no parece ser un buen momento para que las empresas tomen decisiones de fondo que afecten parámetros de privacidad. El “spygate” voló por los aires, la NSA espía todo lo que se puede espiar, y lo más triste de todo es que hay varias compañías de alto perfil colaborando con esta estructura de vigilancia. Uno de los puntos más delicados sigue siendo el reconocimiento facial. La gente comparte millones de fotos con su rostro, pero si un ordenador o un servicio tiene la capacidad de detectar y reconocer dicho rostro, la historia cambia por completo. Cuando Facebook presentó a su nueva función de “sugerencias de etiquetas”, el lanzamiento provocó el equivalente a un bombardeo orbital. La Unión Europea salió al cruce, y en febrero pasado, la red social optó por eliminar sus bases de datos antes de enfrentar sanciones legales.
Sin embargo, se abre un nuevo capítulo. En los últimas días, Facebook ha publicado una serie de propuestas para corregir sus políticas. Varias de estas correcciones son menores (ajustes de gramática y cosas similares), pero también se descubren otros detalles. Uno de ellos es que Facebook propone utilizar fotos de perfil como referencia en sus bases de datos para sugerir etiquetas en otras imágenes en las que el usuario aparezca. El documento evita mencionar directamente a la frase “reconocimiento facial”, pero la asociación es inmediata. Erin Egan, CFO en Facebook (Chief Privacy Officer), ha dicho que la función en realidad aumenta el nivel de privacidad de los usuarios, ya que les informa sobre aquellas imágenes en las que han sido etiquetados. Al conocer esas fotos, el usuario puede eliminar la etiqueta, solicitar el retiro de una imagen, o desactivar el sistema por completo (bajo el menú “Biografía y etiquetado” en la sección de “Configuración de la privacidad”).
Básicamente, esto se basa en información ya conocida: El nombre del usuario, su imagen de perfil, las fotos del Timeline, las redes en las que participa, su género y su User ID son considerados como datos públicos. Egan ha confirmado que Facebook no descarta el uso de reconocimiento facial en otras funciones más allá de las etiquetas, pero lo hará siempre entregando los métodos de control suficientes para garantizar la transparencia del proceso. Aún así, la propuesta ya está causando preocupación en algunos países. Johannes Caspar, Comisionado para la Protección de Datos y la Libertad de Información en Hamburgo, considera “sorprendente” que el reconocimiento facial vuelva a ser un tema en las políticas de uso de datos en Facebook. En esencia, si la red social decide seguir adelante con esto, la acción podría ser interpretada como ilegal en territorio alemán. Cualquier función de reconocimiento facial debe ser “ofrecida” a los usuarios (opt-in), y no activada por diseño. Por ahora, no es más que una propuesta, pero ya está haciendo mucho ruido.