Si has oído hablar de Fable I probablemente sepas la nefasta historia que lo acompaña. Peter Molyneux, su creador, habló demasiado bien del juego antes de su salida y efectivamente lo llamó “el mejor juego de la historia”. Está de más decir que luego de su salida nuestras expectativas eran tan altas que podíamos ver a las pequeñas hormigas trabajando en Marte. Fable I no resultó ser malo, pero tampoco fue lo que su creador prometió. Exactamente cuatro años después nos encontramos con la secuela y un Molyneux mucho más tranquilo. ¿Podrá igualar Fable II lo que Molyneux prometió que sería el primero?
Todos conocemos al buen Peter Molyneux (Populous, Dungeon Keeper, Black & White). No podemos negar que sea una de las mentes más innovadoras en la historia de la industria, sin embargo, Peter tiene un pequeño problema. A lo largo del tiempo ha hablado tan bien de sus juegos y nos ha emocionado tanto, que a la hora de jugarlos no llega ni a los talones de lo que esperábamos. Esta situación llegó al límite con la salida de Fable I en 2004, a tal punto que Molyneux mismo se disculpó públicamente por hablar tan bien de su juego. Pero bueno, si públicamente dices que tu juego “será el mejor de la historia”, en caso de que no lo llegue a ser, puede que encuentres un poco de incredulidad en tus próximas declaraciones.
Es cierto, todos esperábamos mucho de Fable. Sin embargo, no era un juego malo, tal vez un poco superficial y no tan grandioso como lo hizo sonar Molyneux, pero un buen juego al fin. Entretenido más que nada. Esa es una de las principales razones por la que Fable II era tan esperado. Para Fable, gracias a la bocota de Molyneux, esperábamos una verdadera revolución: libertad absoluta, dilemas morales y enormes decisiones que afectarían no solo a nuestro personaje sino al mundo que nos rodeaba y como nos percibía ese mundo a nosotros. Está de más decir que Fable no cumplió con todo eso, tal vez lo hizo en una minúscula porción, pero para nada cumplió lo que imaginábamos.
Tal como empezaba el primer Fable, esta segunda parte comienza en la niñez del héroe, tu personaje. 500 años luego del primer juego, comienzas como un huérfano acompañado de tu hermana, haciendo quests para ganar pocas monedas de oro. Pero unos minutos ya dentro del juego ocurre la tragedia que cambia la historia del personaje y marca el camino para convertirse en el héroe más grande de Albion. A diferencia del primer Fable, aquí realmente tendrás que tomar decisión morales que no solo te moldearán a ti como personaje, sino a tu alrededor. Un claro ejemplo de esto es una de las primeras misiones, donde tienes la posibilidad de ayudar al sheriff del pueblo a repartir papeles con los hombres más buscados. Si lo haces, Bowerstone (el pueblo) quedará sin crímenes durante los años por venir, pero si no, el sheriff perderá su trabajo y años después volverás para ver pueblo caído a pedazos, sumido en la corrupción. Aunque esto parezca una simple excusa para demostrar los cambios, tiene efectos en el juego a futuro, ya que no solo cambiará el aspecto del pueblo, sino que hay lugares útiles que no estarán si se llena de criminales.
Las decisiones en Fable II pocas veces son del todo claras y eso es algo que nos gusta mucho en NeoTeo, ya que en la vida uno no sabe generalmente la repercusión total que pueden tener las decisiones tomadas. Y como en la vida, Fable II no es distinto. Muchas veces no notarás qué es lo que ha cambiado hasta muchos años luego y esto es porque como el primero, el juego transcurre durante un largo período de tiempo. De todos modos, estos momentos de cambio están muy marcados, así que no te preocupes y tomate tu tiempo para explorar Albion.
Fable I fue bastante notorio debido a que en la época todos los juegos que se dignaban de tener el rótulo de RPG lucían gráficos realistas y trataban de ser lo más serios posibles. El primer Fable tomó una ruta diferente, presentando gráficos más caricaturescos y pocas veces tomándose en serio. Aunque Fable II sigue presentando un estilo artístico similar y pocas veces se toma muy en serio, el ambiente es mucho más oscuro que el anterior, las decisiones son más serias y poseen un enfoque más emocional. En ocasiones estos trasfondos se chocan y dejan un mal sabor de boca. Un claro ejemplo de este contraste es el modo de diálogo.
El héroe no habla, es el clásico personaje silencioso que aprendimos a querer en juegos como Half-Life con Gordon Freeman. Sin embargo hay una manera de interactuar con los extraños personajes que habitan Albion y eso se hace mediante la rueda de expresiones. Tendremos a nuestra disposición un poco más de dos docenas de expresiones como: tirar besos, bailar, echarte gases y gruñir, entre otras. Este es uno de los ejemplos más claros en donde el juego no se toma en serio y en donde el héroe hace un completo ridículo. Puedes caerles bien a los habitantes y así ganarás descuentos en algunas tiendas y también enamoraras personas (y decimos personas porque pueden ser de ambos sexos sin importar el del personaje).
Aunque el sistema de expresión funciona bien, simplemente no pega. No pega con las circunstancias porque en ocasiones donde un personaje hace una pregunta extremadamente profunda y de gran valor filosófico tu no tienes otra opción más que lanzarte un gas asesino (o levantar el pulgar si estás de acuerdo). Simplemente queda fuera de lugar y allí es donde la hilacha superficial del primer Fable se hace notar.
También como en el primer juego puedes salir a buscar muchachas/os a tontas y a locas y casarte con alguna jovencilla afortunada. También puedes hacer la gran cochinada y elegir si lo haces con protección o sin protección. Mientras que la protección te garantizará sexo seguro, hacerlo sin protección te garantizará pequeños buñuelos y hasta en ocasiones enfermedades venéreas. Por supuesto que con pequeños buñuelos nos referimos a mugrosos descendientes y los pequeños crecerán a tu imagen y semejanza. Eso quiere decir que si eres una horrenda persona, tus hijos no solo serán apestosos y molestos, sino que también serán malos, muy malos.
Pero si deseas seguir la ruta del llanero solitario y vagar por Albion en soledad, tampoco podrás hacerlo, ya que siempre estarás acompañado por tu fiel can. Tienes un perro al que puedes nombrar y él te seguirá a todos lados, ayudándote a encontrar tesoros y rematando a los enemigos caídos. No importa cómo lo trates, ese perro te seguirá a todos lados. Y como tú, él también cambiará de apariencia dependiendo de tus acciones.
Y es que la apariencia también juega un papel importante, porque dependiendo de cómo te comportes en el juego tu apariencia lo denotará. Si eres una buena persona y ayudas al prójimo te verás joven y tendrás un aura sobre la cabeza. En cambio, si eres una mala persona comenzarán a aparecer marcas y hasta cuernos saldrán de tu cabeza. Como para que no se note quién es el malo del pueblo la próxima vez que pregunten quién se comió a los hijos del vecino… “¡Solo porque tengo cuernos y ojos rojos no quiere decir que sea una mala persona! … mmh, deliciosos niños.”
Pero no nos culpen, porque es fácil tentarse en un mundo como el que presenta Fable II y matar a cuanto pazguato se ponga en el camino. Pero mientras que para convertirte en malo toma de hacer rodar solo algunas cabezas, seguir el camino de las buenas intenciones es un poco más complicado y largo. Y encima hacer rodar cabezas es muy fácil y divertido. El sistema de combate en Fable II logra ser simple y a la vez profundo. Hay tres tipos de ataque disponibles: corta distancia, larga distancia y magia. Estos tres tipos de ataques se pueden hacer con cualquier tipo de personaje y en cualquier momento. Cada uno responde a un botón en el mando a distancia y no hay que pasar de uno a otro sino presionar los botones. Esto hace al combate muy fluido y permite cambiar de tipos de ataques en el momento, lo que nos hace sentir como verdaderos héroes, logrando ataques muy espectaculares. Agrégale un poco de cámara lenta a la mezcla, ¡y voilà! Tienes un sistema de combate de primera.
Pero no todo es pelea y noches de juerga en Fable II ya que también hay un sistema económico en Albion y nosotros podemos formar parte de él. Ya sea invirtiendo, comprando propiedades o negocios. Puedes comprar casas y alquilarlas o invertir en tiendas para ganar dinero. En caso de que estés seco puedes encontrar diferentes trabajos como herrero, mozo y otros del mismo estilo. Lamentablemente estos trabajos son bastante aburridos ya que todos son el mismo mini-juego de apretar botones en sincronía. Pero no todos los trabajos son aburridos, también puedes ser caza recompensas, asesino o dueño de esclavos, entre otras diversas profesiones.
La interfaz del juego sufre de varios problemas molestos ya que manejar todos los ítems en el inventario puede ser muy caótico. Muchas veces te encuentras en una tienda y no sabes si el objeto que estás mirando ya lo tienes o esta para comprar. Y tampoco puedes saber si es peor que el que ya tienes. Esa clase de errores evitables son muy molestos y no dejan felices recuerdos del juego. El mapa tampoco se salva de sus problemas y aunque el viaje veloz funciona bien, una vez dentro de una ciudad puede ser complicado y finalmente frustrante encontrar el lugar que buscas.
El juego también incluye un modo cooperativo, pero es tan decepcionante, tan horrendamente decepcionante que es casi mejor ni mencionarlo. Aunque todavía no probamos el modo en línea porque saldrá un parche que lo agrega el mismo día de la salida oficial, sí probamos en LAN y podemos decir que apesta. Aunque Molyneux prometió que sería un modo cooperativo completo, eso no es cierto. Solo puedes agregar a otro jugador para que te ayude con alguna parte que no puedes pasar, porque tu amigo no puede importar su personaje, solo puede aparecer como un personaje pre-diseñado. Simplemente apesta.
Fable II saldrá a la venta mañana, 24 de octubre y es exclusivo para Xbox 360 por un precio de €64,98. El precio, aunque caro, es el común para un título tan esperado y a fin de cuentas lo vale. Por ese precio no solo tendrás un gran juego y una experiencia fascinante, sino que también garantiza horas de juego. Mientras que la historia se puede completar en ocho horas, el juego mismo fomenta la exploración y recompensa a quienes lo hacen con mucho entretenimiento.
En definitiva Fable II probablemente es lo que Molyneux imaginó mientras desarrollaba el primero. Brinda un extenso y memorable viaje que no se salva de sus fallas, pero al final sigue siendo una experiencia que ningún otro juego ofrece y que todos deberían probar.
Puntaje: 88%
Conclusión: Fable II es equivalente al primero solo que más grande, más bonito y más cuidado. Difícil decir que no a semejante propuesta.