La realidad virtual busca instalarse definitivamente en cada escritorio y sala de estar. Sabemos muy bien que para ello necesita experiencias de software con una calidad extraordinaria, sin embargo, esas experiencias no son una especie de «comodín» que lo solucionan todo, y si nos detenemos a pensar en una aplicación similar a las videollamadas, la sensación es que podrían usar un recurso adicional. La cámara 3D EYSE quiere ser ese recurso, y también propone asumir el rol de «ojos» para drones, o servir como cámara de vigilancia.
En estos días, creo que podemos hablar sobre dos tipos de realidad virtual: La primera se reduce a «paga más de mil dólares por un casco y un ordenador compatible», y la segunda sigue la línea de proyectos como Samsung Gear VR o Google Cardboard, que dependen por completo de un smartphone. Lo que queremos no es saber «cuál es el mejor» tipo de realidad virtual, sino confirmar qué tan bien funcionan sus potenciales aplicaciones, lo que nos lleva (otra vez) a «la» pregunta: ¿Qué podemos hacer con la realidad virtual además de jugar? Hace poco vimos alternativas muy interesantes, entre ellas crear pinturas en 3D, pero también sería posible usarla para comunicarse con alguien más o compartir experiencias a lo lejos, asumiendo que tengamos el accesorio adecuado.
Ahí es cuando aparece EYSE. Para ser honestos, las cámaras 3D no tienen nada de nuevo, y si no lograron reclamar un lugar propio en el mercado es porque las soluciones disponibles nunca estuvieron a la altura de las circunstancias, pero EYSE tal vez logre dar esa vuelta de tuerca extra que la tecnología necesita, perfilándose como una solución que permitirá a los usuarios de cascos virtuales basados en smartphones disfruten de actividades al estilo de fiestas, caminatas, deportes o sesiones de entrenamiento, casi como si estuvieran allí. La cámara EYSE es resistente a golpes y líquidos, puede ser instalada en un dron (ya sea para volar o visualizar algo desde un ángulo diferente), o utilizada como cámara de vigilancia. También ofrece soporte de recarga inalámbrica (vía Qi), posee micrófono y altavoces, sus baterías de litio son extraíbles (dos 18650 convencionales), y los más pequeños pueden personalizar su apariencia.
EYSE es una idea interesante, es probablemente la clase de «gadget» que la realidad virtual necesita como compañero en ciertas situaciones, y es un poco más costoso de lo que imaginábamos. Sus responsables están buscando financiación a través de Kickstarter, pero con una base de 349 dólares para la edición básica, no podemos negar que estamos ante una venta compleja. Las primeras entregas, en octubre.