Hace tiempo que las webcams llegaron para quedarse, y nuestra dependencia de ellas es cada vez mayor. De hecho, también existen recursos que nos permiten crear interferencias en videollamadas para evitar reuniones por webcam, lo cual sugiere una profunda fatiga. Sin embargo, Marc Teyssier propone explorar nuestra relación con las webcams desde un ángulo muy diferente. Su concepto Eyecam esencialmente transforma a una webcam en un ojo humano que parpadea, mira a su alrededor… y te observa.
¿Tienes una webcam? ¿La usas muy seguido? ¿Has colocado una cinta sobre ella «por si acaso»? No eres el único, pero tampoco representas a la mayoría. De hecho, la gente no se siente tan incómoda con una webcam cerca… y su potencial para observar todo su entorno. Si lo pensamos por un instante, muchos usuarios no dudaron en incorporar «dispositivos inteligentes» con micrófonos activos que escuchan sin interrupción.
Con eso en mente llegamos al proyecto Eyecam de Mar Teyssier, desarrollado durante su paso por el Laboratorio de Interacción Humano-Ordenador de la Universidad del Sarre. Teyssier dice que los llamados «sensing devices» como cámaras y micrófonos están en todas partes, a un punto tal que ya no somos conscientes de su presencia. El prototipo Eyecam busca explorar el futuro de esos dispositivos, y lo hace de una manera muy particular: Transformando a la webcam en un ojo humano.
Eyecam: El «ojo-webcam» que parpadea y te observa
Varios sitios especializados han comparado al proyecto Eyecam con «algo salido de una película de David Cronenberg», y honestamente, no están errados. En vez de colocar una webcam tradicional sobre el monitor, Eyecam es un ojo con pestañas, una ceja, parpadeos y movimientos más naturales de lo que esperábamos.
El prototipo es completamente open source, y Teyssier está trabajando en un vídeo que enseñará el proceso de ensamblaje completo. La combinación de un Raspberry Pi Zero y una Pi Cam se encarga de la parte óptica, mientras que todos los elementos mecánicos son controlados con la ayuda de un Arduino Leonardo Pro Micro.
El ojo se despierta por su cuenta, sigue todos nuestros movimientos, y hasta puede reproducir ciertas expresiones emocionales, pero el vídeo sugiere que se cierra automáticamente si colocamos nuestra mano frente a la lente. De más está decirlo, el perfil de una webcam cambia de forma radical cuando se parece a un ojo humano. Si un «ojo-webcam» nos molesta tanto… tal vez la cinta no sea mala idea.
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