Michel Fournier, un militar retirado de 62 años, está pronto a romper el récord de salto de altura. Este “suicida” sexagenario, tiene como objetivo saltar desde 40.000 metros, o 40 kilómetros, y sobrevivir al intento. Un salto al borde de la estratosfera, que se encuentra a 50-60 km. de altura del suelo.
Los saltos libres del espacio exterior pueden ser cosa del futuro. Pero los saltos desde el borde del espacio, ya están aquí. Y las dificultades no son pocas. A esa altura, a 40.000 metros sobre el nivel del mar, la temperatura es de -100° centígrados. Además, el aire es tan fino que cualquiera que pretenda sobrevivir tendrá que acostumbrarse a la atmósfera, inhalando oxígeno puro unas cuantas horas antes del salto, para incorporar nitrógeno en su sangre.
Como te debes imaginar, Michel Fournier no es un amateur en esto del paracaidismo, cuenta con 8.500 saltos normales y un intento fallido de salto récord. Fue en 2003 cuando ya había intentado realizar la hazaña que hoy te contamos, pero la suerte (o sus cálculos) lo traicionó. El globo que lo subiría a la altura necesaria explotó. Fournier se quedó con todas las ganas y, desde entonces, comenzó a preparar esta segunda incursión. Ahora, con un globo mejor preparado, el viejo aventurero está dispuesto a realizar el salto que lo catapultaría al libro de récord o lo estrellaría contra la superficie, dejando sólo una mancha roja en el suelo.
¡Qué cruel el destino! Aquello que convertirte en pulpa sanguinolenta, también puede hacerte inmortal. Porque Michel REALMENTE puede terminar convertido en un batido de huesos, sangre, viseras y cerebro. La velocidad terminal será tan alta, que el vejete alcanzará a romper la barrera del sonido, a 1500km. por hora de caída libre. El frío y la escasa cantidad de oxígeno podrían dejar inconciente al intrépido sexagenario, impidiéndole abrir el paracaídas.
Para evitar los problemas, o minimizarlos al menos, Fournier vestirá un traje de fibra de carbono (que cuesta unos 50.000 euros). Este traje lo protegerá de las bajas temperaturas causadas por la resistencia del aire, creada por la velocidad de la caída libre y calculadas en -115° centígrados.
Te deseo mucha suerte, Michel. Espero que no duela demasiado.