La misma definición de “exoesqueleto” nos indica qué debemos esperar de este tipo de desarrollos: Estructuras rígidas externas, con gran resistencia y capacidad de carga. Sin embargo, en el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard están a punto de iniciar la primera fase de desarrollo perteneciente a su “Soft Exosuit”, que buscará crear un exoesqueleto tan liviano como la ropa misma.
El concepto de exoesqueleto es maravilloso, y no me voy a aburrir de decirlo. En el pasado he mencionado su capacidad de incrementar la productividad y la seguridad en ciertas industrias, junto a su potencial para erradicar a la silla de ruedas, y tampoco me voy a aburrir de decir eso. Es más, si los exoesqueletos y las impresoras 3D jugaran un partido de fútbol, creo que deberían patear unos 160 penaltis para desempatar, pero la mejor parte es que no necesitan hacerlo, y una tecnología puede hacer crecer a la otra. Aún así, hay muchos aspectos para modificar y optimizar. En el caso de los exoesqueletos, es necesario disminuir su peso natural, incrementar la duración de sus baterías, y reducir la complejidad de sus estructuras. La Universidad de Harvard está trabajando sobre esos objetivos a través del Instituto Wyss, y el nombre del proyecto es “Soft Exosuit”.
La idea es que el exoesqueleto sea tan fácil y cómodo de llevar como si fuera una prenda de ropa más. De hecho, se sugiere que el Soft Exosuit vaya por debajo de la ropa, en caso de que el usuario necesite protección extra, como por ejemplo soldados u oficiales con chalecos antibalas. Los proyectos basados en “robots vestibles” no son precisamente nuevos, pero el avance tecnológico entre los exoesqueletos ha provocado que ganen mucha más relevancia, sin mencionar el interés proveniente de ciertas agencias. En otras palabras, no estamos sorprendidos de ver que el Instituto Wyss ha recibido 2.9 millones de dólares para financiar la primera fase de desarrollo, y que estos billetes sean entregados por nuestros amigos de DARPA, bajo el programa Warrior Web.
El objetivo de este exoesqueleto blando es el de imitar la función de músculos y tendones, optimizando su trabajo y reduciendo la fatiga. Las primeras aplicaciones para el Soft Exosuit estarán sin dudas orientadas al entorno militar, pero negar su potencial en el ámbito civil sería una verdadera locura. Imaginen por un momento a una persona con problemas de desplazamiento colocarse el exoesqueleto como si fuera un pantalón, y salir caminando a la perfección. Obviamente, habrá que tener un poco de paciencia. El Soft Exosuit recibirá financiación adicional siempre y cuando se alcancen ciertas metas técnicas, y para ello, serán necesarios algunos años de trabajo.
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