Desde un punto de vista estrictamente cronológico, Windows lleva casi 35 años entre nosotros, pero cada nueva generación de usuarios tuvo a un «primer Windows» que definió su experiencia inicial frente a un ordenador. Los cambios que afectaron al sistema operativo en los últimos veinte años han sido gigantescos, y eso también se vio reflejado en la popularidad de versiones específicas. Hoy vamos a hacer un recorrido por los porcentajes de adopción de Windows desde 2003 hasta la fecha, destacando los éxitos más importantes, y sus principales fracasos.
Windows XP llegó a las estanterías el 25 de octubre de 2001, una época enrarecida y en alerta por el ataque a las Torres Gemelas. Al principio no había razones de sobra para recibir a ese sistema operativo con calidez o entusiasmo, pero en apenas cinco años, 87 ordenadores de cada 100 tenían una copia de Windows XP en sus discos duros. En ese momento fue cuando Microsoft llegó a la conclusión de que XP era demasiado popular para su propio bien, y lanzó a Windows Vista como su reemplazo.
Todos sabemos lo que sucedió después, pero siempre podemos recibir una ayuda extra si tratamos de visualizarlo. Un pequeño canal en YouTube llamado Data Broz se encargó de eso al crear un gráfico con la evolución de los sistemas operativos Windows desde 2003 hasta 2020. El crecimiento de la barra amarilla asignada a Windows XP es claramente impresionante, pero hay dos formas de interpretar a los números de Vista: Para la mayoría de los usuarios fue un fracaso que nunca superó el 25 por ciento de adopción, y para otros, es notable que haya llegado a ese 25 por ciento a pesar de los errores y problemas de rendimiento.
Obviamente, el lanzamiento de Windows 7 en octubre de 2009 lo cambió todo. Windows XP ya había acumulado demasiadas crisis de seguridad, y el rechazo a Vista era aún muy fuerte. Windows 7 fue un oasis en medio del desierto: Le tomó apenas ocho meses superar a Vista en adopción, y en menos de dos años ya había dejado atrás a XP. ¿Qué hizo Microsoft? Repetir el ciclo, y anunciar un nuevo sistema operativo en el mejor momento de la versión existente.
Windows 8 debutó el 26 de octubre de 2012, pero fue mucho más que un «nuevo sistema operativo». Windows 8 simboliza lo peor de la llamada «crisis touch», la falta de respuestas ante el extraordinario avance de los dispositivos móviles, y la pérdida de relevancia del ecosistema Windows. Claro que, eso no le impidió a Microsoft mover más de 60 millones de licencias en menos de cuatro meses. El gráfico toma la decisión (acertada) de no combinar los números de Windows 8 y Windows 8.1, lanzado un año más tarde.
Y así llegamos a Windows 10, con su debut formal el 29 de julio de 2015. Los números de ese sistema operativo explotaron por una razón, y es que Microsoft virtualmente lo obsequió durante un año (con muchas facilidades para convertir licencias previas de Windows 7 y 8.x), aunque no podemos ignorar las tácticas agresivas, el comportamiento de sus actualizadores (muy similar al malware), la telemetría y recolección de datos, los bugs, y la introducción del muy cuestionado modelo «Windows como servicio».
Windows 10 superó a Windows 7 en diciembre de 2017, y hoy básicamente controla el 70 por ciento del ecosistema Windows. La idea no nos gusta demasiado, y aún tiene mucho por corregir… pero aquí estamos.