El viejo continente pretende acelerar al máximo la disponibilidad de energías renovables provenientes del Sol. El proyecto Desertec ya tenía en cuenta la posibilidad de aprovechar la luz solar en el desierto del Sahara para los próximos 20 años, pero la comunidad europea no quiere alargarlo tanto tiempo y pretende que en apenas 5 años, el continente esté recibiendo electricidad gracias a la construcción de plantas solares en la arena norteafricana. Fascinante iniciativa.
Las cifras que maneja la energía solar pueden llegar a ser mareantes. Se calcula que en sólo 6 horas, el desierto del Sahara recibe más energía del Sol, que toda la que consume la humanidad entera en un año. Concretamente, Europa solo con cubrir el 0.3 % de la superficie del desierto con paneles solares conseguiría colmar sus necesidades energéticas sin problemas. Esta atractiva panacea de la electricidad hizo que se diseñaran planes ambiciosos para satisfacer la demanda energética del continente en un plazo de 40 años. Se pretendía que en ese lapso de tiempo, el petróleo fuera reemplazado por la energía solar proveniente de grandes plantas situadas sobre la caliente arena del Sahara. Se daban un plazo de entre 10 y 15 años para comenzar las construcciones y empezar a recibir suministro eléctrico a partir de esas fechas.
Sin embargo, Europa quiera darse prisa y ahora afirma que pretende comenzar a importar electricidad del desierto norteafricano en un plazo de 5 años. Gracias al acuerdo entre grandes empresas europeas y el gobierno de la UE, el proyecto Desertec va a construir plantas termosolares (en su gran mayoría en el Sahara), algunas fotovoltaicas (sólo en Europa), e incluso eólicas, a lo largo de casi 17.000 metros cuadrados. El acuerdo que se suscribió en la UE para alcanzar el 20 % de energías renovables en el año 2020 se podrá cumplir gracias a esta iniciativa, que pretende lanzar cables de alta eficiencia por el mediterráneo para llevar la electricidad desde el gran desierto hasta los hogares europeos.
A pesar de lo faraónico del proyecto, hay que recordar que con esa superficie útil no llega para abastecer a toda Europa (se necesita el 0.3 %) pero sí una buena parte de lo requerido. Además, una vez implantado el sistema, seguramente los avances en eficiencia de los paneles solares obligarán a plantearse aumentar el contingente de sistemas con esta tecnología pero, por ahora, las termosolares son la mejor elección.
A principio, se enviarán unos cientos de megavatios desde el Sahara, pero se prevé que se dispare la producción hasta miles de megavatios conforme se vayan construyendo más plantas solares y el petróleo se vaya agotando y aumentando su precio de forma dramática. El coste de esta energía generada en el desierto será muchísimo más bajo que lo que se consigue actualmente con los combustibles fósiles y, para colmo, no emitirá gases de efecto invernadero ni contaminación de ningún tipo, más allá de la derivada de construir las propias plantas de producción. La inversión necesaria para llevar adelante este proyecto se estima en 400.000 millones de euros y se estima que para el año 2050 estará a pleno rendimiento.