Las últimas novedades indican que Spotify tiene todo listo para lanzar su IPO y convertirse en una compañía pública. Sin embargo, hay una pequeña historia corriendo en paralelo a este gran evento, que involucra a un estafador búlgaro. El sujeto en cuestión organizó a mediados de 2017 una operación con dos playlists repletas de artistas falsos, y lo que parece ser un bot controlando más de mil cuentas Premium. ¿El resultado? Aproximadamente un millón de dólares en royalties.
La trama podría pasar como una especie de spin-off para la saga Ocean, pero no sólo sucedió en la vida real, sino que la «víctima» fue nada menos que el servicio Spotify. De acuerdo al artículo original publicado por el portal Music Business Worldwide, todo comenzó a mediados del año pasado cuando dos listas de reproducción escalaron posiciones con una velocidad impresionante: Soulful Music y Music From The Heart. Ambas listas aparecieron en el ránking global confidencial que Spotify distribuye entre las discográficas. A fines de septiembre, Music From The Heart ocupaba la posición 84 en la lista confidencial, y el puesto 22 del ránking estadounidense. Soulful Music tuvo resultados aún mejores: 35 y 11.
Sin embargo, varios detalles sugerían que había algo extraño en esas playlists. Por un lado, Soulful Music tenía 467 canciones, un número demasiado alto. Después, los artistas detrás de esas canciones eran desconocidos, cuyos códigos ISRC apuntan a territorio búlgaro. En tercer orden, el número de seguidores no superaba los 2.000 usuarios, cuando se supone que la lista estaba dentro del Top 50 mundial. Finalmente, la gran mayoría de esas canciones apenas pasaba los 30 segundos de duración, mínimo requerido por Spotify para monetizar el contenido. Otro dato crítico es que un promedio de 1.200 usuarios Premium estaban escuchando por mes a todas las canciones de Soulful Music, y algo similar sucedía con Music From The Heart.
Spotify no confirmó ni negó la estafa, pero la hipótesis más fuerte indica que un elemento estacionado en Bulgaria invirtió poco más de 12.000 dólares mensuales para crear 1.200 cuentas Premium con el único objetivo de reproducir 24/7 las canciones de ambas playlists que él mismo subió. El resto es pura matemática. Esas 1.200 cuentas pueden generar cerca de 72 millones de reproducciones al mes, que multiplicadas por el promedio de 0.004 dólares que paga Spotify en cada reproducción, nos da 288.000 dólares mensuales. Si consideramos que ese dinero es por una sola playlist, e incluimos gastos y otras mermas, el búlgaro se llevó más de un millón de dólares en cuatro meses de actividad. La respuesta oficial de Spotify es enlatada («Tomamos la manipulación artificial de nuestro servicio muy seriamente» – «Seguiremos refinando nuestros métodos de detección»), pero la pregunta es: ¿Qué impide a los estafadores redoblar la apuesta?