Lo advertimos el año pasado: Están aprendiendo. Los primeros intentos de las redes neurales de Nvidia en la creación de retratos falsos arrastraban errores de simetría y otros detalles muy evidentes, pero un nuevo estudio publicado por investigadores de la compañía confirma que a través de una técnica especial basada en la «transferencia de estilos», una inteligencia artificial puede combinar múltiples características y volcarlas en rostros de destino, esencialmente creando gente de la nada.
Uno de nuestros artículos más populares del año fue la galería de desnudos generados por una inteligencia artificial. Tampoco debemos olvidar a «El Hijo del Carnicero», la primera obra de una red neural reconocida con un premio internacional. No es la primera vez que estos desarrollos intervienen en el mundo del arte, y definitivamente no será la última, pero hay otros proyectos allá afuera con prioridades diferentes. Una de ellas es el realismo. Cuando una inteligencia artificial hace algo, no es tan complicado detectar su intervención. Sin embargo, mientras nosotros perdemos el tiempo, esas redes no paran de entrenar. Con hardware más poderoso a su disposición, los investigadores han logrado cosas sorprendentes y escalofriantes a la vez. Si no me crees, mira esto:
Un estudio publicado por Tero Karras, Samuli Laine y Timo Aila explica las ventajas de un nuevo sistema de entrenamiento y generación de imágenes basado en la transferencia de estilos. Una red adversaria generativa crea imágenes haciendo «mímica» de fotos reales. El problema es que no ofrecen demasiado control sobre las imágenes finales. El flamante generador de Nvidia aprendió a separar de forma automática diferentes aspectos de las fotos originales sin supervisión, y con el entrenamiento concluido, los responsables pueden combinar dichos aspectos como lo deseen, alcanzando una mayor flexibilidad en los resultados. La inteligencia artificial interpreta a cada imagen como una colección de «estilos» (finos, medios y gruesos), a los que se suman múltiples niveles de ruido y fuerza.
¡Y no se limita a rostros! Coches, interiores, e incluso gatos (!) están al alcance de la red neural. Vamos a pensarlo por un momento: Una persona que no existe, conduciendo un coche que no existe, con una casa que no existe, un dormitorio que no existe, y mascotas que no existen. Si alguien decide desarrollar un frontend, podríamos crear vidas enteras haciendo un par de clics. Probablemente, una cuestión de tiempo.
Conoce a los rostros imaginarios «pintados» por una inteligencia artificial
