Científicos han dado los primeros pasos para reproducir el motor biológico de la cola del espermatozoide y modificarlo para su uso en la nanotecnología.
Científicos de la Universidad de Cornell, del Colegio de Medicina Veterinaria de Ithaca, están investigando el uso del motor biológico del espermatozoide para futuras aplicaciones en el campo de la nanotecnología. Para que se entienda, el motor enzimático del espermatozoide es ideal para el uso de la nanotecnología. La mayoría de las enzimas necesita de materia celular blanda a la que adherirse, pero las enzimas del esperma gustan adherirse a la estructura fibrosa y rígida de la cola del espermatozoide. Estas enzimas, entonces, sí podrían adherirse a un nanobot. Para lograr esto, los científicos cambiaron algunas de sus propiedades para que, en vez de adherirse a una cola, puedan hacerlo en los iones de los chips de níquel. "Estamos tomando todo lo que el espermatozoide ya sabe como hacer y usándolo en aplicaciones para la nanotecnología", dijo Alex Travis, profesor de reproducción biológica, para Discovery Channel.
Hasta el momento, los científicos han logrado adherir 3 de las 10 enzimas de la cola del espermatozoide en un nanobot, con total éxito. Las enzimas se activan y hasta realizan sus funciones normales. Si los científicos logran adherir las 10 enzimas en secuencia, tendrán un motor biológico poderosísimo a su disposición. La glucosa presente en la sangre puede ser usada como combustible para que las enzimas puedan crear la molécula adenosín trifosfato (compuesta por estas 10). Luego, el adenosín trifosfato (que usa azúcares naturales para crear mucha energía) alimentaría las funciones mecánicas del bot.
Esto, aunque parezca nimio, es de extrema importancia en el campo de la nanotecnología. De tener nanobots que, dentro del cuerpo humano puedan energizarse solos, podríamos crear todo tipo de aplicaciones terapéuticas.