Un paciente seropositivo durante dos años ha permanecido libre de la presencia del virus del SIDA en su cuerpo. El hijo de un granjero indio, de dos años y ciego de un ojo, ha recuperado la vista. Un paciente inglés reparó su corazón, luego de un infarto, sin necesidad de un trasplante o cirugía extrema. Todos los casos tienen algo en común: el uso de las células madre. ¿Se trata de una falsa esperanza, o estas células tienen la respuesta a todos nuestros problemas médicos?
A primera vista parecen tres casos completamente diferentes y sin relación entre sí. Son pacientes que viven en distintos países, con diferentes dolencias y han sido tratados por equipos de médicos que ni se conocen. Sin embargo, todos han tenido mejorías que asombran a los especialistas. Hasta hace poco, cualquiera de ellos hubiese sido condenado a morir en poco tiempo o vivir una vida llena de limitaciones. Sin embargo, las terapias que utilizan las células madre como elemento principal han permitido resolver los tres casos de forma limpia, rápida y, sobre todo, han abierto nuevas líneas de investigación que podrían ofrecer resultados igual de sorprendentes en millones de pacientes más. La pregunta cae por su propio peso: ¿Pueden las células madre terminar con todos nuestros problemas médicos?
La respuesta, muy a nuestro pesar, es igual de simple: no lo sabemos. A pesar que desde hace años se han realizado centenares de trabajos en este campo, los científicos aun no saben con exactitud hasta donde pueden llegar estos tratamientos. El caso del paciente seropositivo de 42 años, que padecía leucemia y recibió un trasplante de médula ósea de un donante inmune a los efectos del VIH parece haberlo curado. Han pasado dos años en los que el conteo de su carga viral (en sangre y órganos) es tan bajo que puede pasar por una persona sana. Pero ¿esto significa que no tendrá una recaída? ¿Es, efectivamente, una persona sana? Es muy pronto para que sus doctores puedan saberlo. Pero está claro que la terapia con células madre le han devuelto la esperanza. Y hay una buena posibilidad de que muera de viejo dentro de décadas sin haber sufrido una recaída.
El niño indio de Kolhapur, que hacía un año que no veía nada con uno de sus ojos culpa de una dolencia que había terminado con su retina, fue implantado con una nueva capa celular cultivada a partir de células madres obtenidas de su ojo sano. Como resultado del tratamiento ha recuperado casi por completo la vista. Está claro que se podrían haber obtenidos resultados similares a partir de un trasplante de cornea, pero el enfoque utilizado por los médicos indios no necesita de un donante ni tiene el peligro de un rechazo. Al fin y al cabo, la cornea de reemplazo proviene del mismo cuerpo del paciente.
Otro grupo de científicos, británicos en este caso, efectuó un avance muy significativo en el desarrollo de parches de células madre para reparar el daño causado al corazón luego de un ataque cardíaco. A cargo del descubrimiento estuvo Sian Harding, del Imperial College de Londres, quien junto a su equipo ha logrado generar con éxito la maduración de células cardíacas derivadas de células madre embrionarias. Así, lograron desarrollar una estructura de contención biocompatible con el paciente, que más tarde se convirtió en el “parche” utilizado para reparar su músculo cardíaco. Los médicos adhirieron este parche de tejido nuevo sobre el área dañada del corazón para que el músculo se recupere. Es que durante un ataque al corazón, o infarto de miocardio, parte del músculo cardíaco pierde su suministro de sangre y las células que se ven privadas de oxígeno mueren, lo que produce una cicatriz. La terapia con células madre puede evitar la necesidad de una cirugía muy complicada y riesgosa, o incluso de un trasplante completo.
Resumiendo, todas las líneas de investigación que implican el uso de células madre embrionarias parecen muy prometedoras. Si no se trata simplemente de un caso de manual de “la falacia del primer éxito”, todo indica que en algunos años este tipo de intervenciones serán rutina en todo el mundo. Y millones de personas, a pesar de la oposición de algunas, vivirán vidas más largas y plenas gracias a estas terapias.