Con la colaboración de investigadores provenientes de casi toda Europa, y liderados por científicos del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA), se ha puesto en marcha un proyecto destinado a diseñar nanopartículas capaces de inhibir la generación de una proteína relacionada con la proliferación de células cancerígenas. Financiado con un millón de euros, culminará en 2011.
La nanotecnología nos proveerá casi todo. Desde el agua pura que necesitaremos desesperadamente dentro de una o dos décadas, hasta una terapia efectiva contra el cáncer. Por supuesto, hay que ponerse a trabajar para que todas las posibilidades que encierran estas pequeñísimas herramientas que el hombre ha imaginado hace relativamente poco, se conviertan en realidad. Con ese objetivo en mente, especialistas de Italia, Reino Unido, Alemania y Portugal se han unido para desarrollar una clase de nanopartículas que sean capaces de evitar la generación de una proteína necesaria en la reproducción de las células cancerígenas. Este proyecto es solo uno más de los que se presentaron en el Congreso de Nanociencia del sur de Europa, que se celebra en Zaragoza, al que han asistido más de trescientos investigadores.
En este evento es organizado por la Red Nacional de Nanociencia (Nanospain), que agrupa a unos 1200 investigadores pertenecientes a 260 grupos diferentes. Parece que finalmente la nanotecnologia se encuentra madura, y los científicos coinciden en que dentro de un lustro el 80 por ciento de los medicamentos y sistemas de diagnóstico que se fabriquen serán fruto de esta ciencia. En el congreso se ha debatido mucho sobre la Nanobiomedicina, una especialidad que “centra sus esfuerzos en el diagnóstico precoz mediante el diseño de nuevos biosensores y agentes de contraste para tomografía de resonancia magnética nuclear”, según ha explicado Ricardo Ibarra, director del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA).
La industria farmacéutica también apuesta fuertemente a la nanotecnologia, y ven en ésta una herramienta ideal como vehículo de transporte para el suministro de fármacos en puntos específicos del cuerpo humano. Incluso se está trabajando en unas nanopartículas magnéticas capaces de destruir células cancerígenas cuando son orientadas mediante campos magnéticos externos.
El investigador Jesús Martínez de la Fuente, organizador de este evento internacional y coordinador del grupo de Biofuncionalización, Nanopartículas y Superficies, compuesto por nueve investigadores y perteneciente al Instituto de Nanociencia de Aragón, ha explicado que se trabaja en el desarrollo de aplicaciones capaces de hacer frente al cáncer mediante el uso de nanopartículas encargadas de transportar unos pequeños fragmentos de RNA destinadas a inhibir la expresión de las proteínas implicadas en el desarrollo de células tumorales. Jesús trabaja junto a expertos de Lisboa, Glasgow, Múnich y Nápoles.
Como curiosidad, el equipo no utilizar los tradicionales (y resistidos por muchas organizaciones ecologistas) cobayos como parte de sus experimentos. En su lugar emplearan unos microorganismos marinos conocidos como "hydra" que se encuentran en el plancton. Este bichito emplea esas mismas proteínas para el desarrollo de sus tentáculos. Si todo sale según lo previsto, en dos años deberíamos tener resultados alentadores en el tratamiento del cáncer mediante nanopartículas. Esperamos que así sea.
