Según datos de la propia página de Creative Commons(CC), los españoles se encuentran en el número uno del ranking planetario en cuanto a la creación y publicación de obras con licencia CC. Esto demuestra que, a pesar de un gobierno que parece luchar contra Internet, los ciudadanos representan un movimiento solidario sin parangón en el mundo. Demuestran comprender las implicaciones de Internet en la nueva era de la información que emprendemos y contribuyen a fomentarlo hasta sus últimas consecuencias.
Sorprende sobremanera que un país tan pequeño, con apenas 40 millones de habitantes, sea el primero de lista de los que más aportaciones de contenidos con licencia Creative Commons han lanzado al espacio cibernético. Ni los 100 millones de habitantes de México, ni Estados Unidos, con sus 400 millones de habitantes, ni siquiera la India o China, que suman más de 2000 millones de personas han podido igualar la enorme cantidad de obras con CC que han subido los españoles a la Red. En cifras absolutas, se mueven alrededor de las 10 millones de obras y, aunque estos datos son del año 2009, en anteriores etapas se ha visto que la tendencia se mantiene.
En los datos aportados por Yahoo, que es la fuente que proporciona la información, España no sólo aparece primera en el ranking mundial por número total de obras con licencia CC sino que además, en lo que se refiere al número de obras por habitante queda en un increíble segundo puesto, a muy poca distancia de Taiwán. Sus 223 obras por cada 1000 habitantes la consolidan como una potencia internacional.
En referencia a los datos que contemplan la permisividad de los contenidos que se lanzan a la Red, España de nuevo se alza entre las primeras. Las licencias CC se articulan en varios grados de “libertad”, siempre a elección de los usuarios que las usen. Se pueden escoger licencias muy poco restrictivas, que permiten hacer absolutamente cualquier cosa con las obras designadas con esta etiqueta, siempre y cuando se nombre el autor. Se les llama “by”. Luego existen otras más restrictivas que añaden algunas cláusulas limitantes, como son las by-nc-sa, que no permiten su uso comercial y obligan a las obras derivadas(en caso de haberlas) a contemplar las directrices CC iniciales.
No es que sean unas características parecidas al copyright (ni remotamente) pero está claro que poseen menos libertad de acción que las by y otras categorías intermedias que contienen algunas condiciones (by-sa, by-nd, by-nc). Pues bien, los españoles de nuevo dan la campanada al observarse en las tablas de datos que poseen el mayor porcentaje en la categoría “by”, la menos restrictiva, con un 28 % del total.
Los internautas españoles demuestran así que no tienen rival. La cultura de la solidaridad parece ser la representativa de un país que comprende el alcance y las posibilidades del copyleft. Y eso a pesar de un gobierno con tendencia al despotismo digital, aprobando unas leyes draconianas que están a punto de ser llevadas al tribunal constitucional por las asociaciones de usuarios. Un gobierno que nos mantiene a la cola de Europa en desarrollo de la sociedad de la información y con un margen de maniobra ciertamente limitado.
Nuestras conexiones son las más caras y las más lentas del continente. Sin embargo, los ciudadanos demuestran un conocimiento mucho mas profundo de Internet y de las implicaciones que puede tener para la sociedad futura. Es curioso pero España también es el primer país del mundo en donaciones de órganos. Y se mantiene arriba del todo a pesar del tiempo. Esto indica que la cultura de la solidaridad es parte inherente a los españoles como pueblo. Siempre se ha dicho que "son muy Quijotes". Que siga así por mucho tiempo.
