Podemos imaginar diferentes formas de cámaras-espía o de naves no tripuladas, pero esta es una de las más llamativas que hemos visto hasta ahora. Gracias al trabajo de un grupo de investigadores del Ministerio de Defensa de Japón, ha nacido esta esfera voladora, que toma conceptos tanto de aviones como de helicópteros, y que como resultado puede moverse silenciosamente a una velocidad de 60 kilómetros por hora, con un costo de fabricación que sorprenderá a más de uno.
Las misiones de reconocimiento del futuro tal vez no se lleven a cabo por soldados entrenados o cámaras en la punta de naves no tripuladas que se asemejan a misiles con alas. Lo mismo sucede para aquellas situaciones de emergencia en las que el acceso es complicado pero se necesitan “ojos” lo antes posible para realizar una rápida evaluación. La próxima evolución de la cámara espía, al menos en lo que se refiere a la visión del Ministerio de Defensa de Japón, podría llegar a ser esta esfera voladora, que nos hace pensar en Estrellas de la Muerte en miniatura, bolas de entrenamiento para sables láser, y el inolvidable “Rover” que perseguía al Número Seis en “El Prisionero”.
En primer lugar, la esfera se comporta como un helicóptero, ya que posee la capacidad de despegar y aterrizar verticalmente, con una demanda de espacio relativamente baja. En segundo lugar, se asemeja a un avión de propulsión a hélice volando verticalmente, por lo que sus pequeñas superficies de control le permiten cambiar de dirección rápidamente y alcanzar una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora. En tercer lugar cuenta con tres giroscopios (o giróscopos), gracias a los que puede mantenerse en vuelo y estable aún si choca con un obstáculo, o es golpeada por algo. Finalmente, su forma esférica le da acceso a cierta capacidad de rodamiento en la tierra, y un piloto con la habilidad suficiente podrá aprovechar accidentes del terreno o superficies inclinadas en caso de ser necesario. El peso total de la esfera es de 350 gramos, y su autonomía es de ocho minutos suspendida en el aire.
Aún así, la mejor parte de esta esfera voladora es su costo. De acuerdo a los desarrolladores, sólo fueron necesarios materiales comunes que pueden ser obternidos por cualquiera, por un precio que ronda los 1,400 dólares, algo así como mil euros. Desde ya podemos imaginar a cientos de estas esferas entrando en servicio (una vez que se hayan pulido los aspectos más crudos de su diseño), y aunque el desarrollo fue llevado adelante por el Ministerio de Defensa japonés, nada impide que otros ministerios, empresas, o entusiastas independientes creen unidades de características similares. La demostración en vivo realizada en Tokio ha tenido una cierta contundencia, por lo que tal vez sea posible ver más sobre esta novedosa esfera voladora.