A pesar de los esfuerzos hechos por los amigos Gene y George, el vacío en el espacio impide la propagación del sonido. Sin embargo, un grupo de astrofísicos estacionado en la Universidad de Birmingham utilizó datos obtenidos por la misión Kepler para medir las «oscilaciones acústicas» en algunas de las estrellas más antiguas de la galaxia, ubicadas en el Cúmulo Globular M4. Dicho en otras palabras, es la «canción» de abuelas estelares con más de doce mil millones de años de edad.
Todos sabemos que la frase promocional para la película Alien fue «en el espacio, nadie puede oírte gritar». Además de añadir una pizca extra de terror en la mente del espectador, el detalle es que se trata de una frase técnicamente correcta. Siguiendo esa línea técnica podríamos agregar que el espacio no es un vacío perfecto, sin embargo, está muy, muy cerca de serlo. Tomemos como ejemplo al Sol. En más de una ocasión surgió la pregunta: «¿Qué tan ruidoso sería el Sol?» Los cálculos más conservadores hablan de unos 100 decibelios… algo impresionante en un «altavoz» que está a 150 millones de kilómetros de nosotros. Si no fuera por el hecho de que nos mataría sin piedad, creo que deberíamos estar agradecidos con el vacío, pero ni siquiera eso es suficiente para impedir que escuchemos las «canciones» de las estrellas.
Eso es exactamente lo que hizo un grupo de astrofísicos en la Universidad de Birmingham, a través de una serie de datos obtenidos con la ayuda de la misión Kepler. Los datos permiten estudiar las oscilaciones resonantes de las estrellas aplicando una técnica llamada «asterosismología» (o «sismología estelar», si así lo prefieren). Estas oscilaciones provocan cambios minúsculos, «pulsos de luz» vinculados al sonido atrapado en las estrellas. La técnica no sólo nos deja conocer a las estrellas de un modo que tal vez jamás hubiéramos imaginado, sino que nos ayuda a obtener parámetros muy específicos sobre ellas, como su edad y su masa.
En el enlace que encontrarán al pie de este artículo podrán escuchar las oscilaciones de cuatro estrellas en el Cúmulo Globular M4, un «vecino» a 7.200 años luz de distancia. Estas estrellas son viejas, verdaderas abuelas con más de 12.200 millones de años de edad. Nuestra propio Sol (4.500 millones de años), que en esencia se encuentra a mitad de camino de su vida estable, sería casi un adolescente si lo comparamos con estas antiguas «luminarias».