Se ha inventado un escáner de cerebro que lee las intenciones de la mente. Como si la ciencia no nos estuviera asustando demasiado, se supo que un grupo de neurocientíficos líderes, acaban de desarrollar una nueva y poderosa técnica que les permite escanear la mente de una persona y leer sus intenciones. Sí, lo que no hace muchos años parecía ciencia ficción, hoy es una realidad. ¡Nos pueden leer el pensamiento!
Los científicos usan un escáner cerebral de alta resolución para identificar patrones de actividad antes de que estos se traduzcan en pensamientos, revelando lo que la persona planea hacer en el futuro.
“Usando este escáner, podríamos mirar en el cerebro por esta información y leer algo que, desde el exterior, es imposible de decir que está ahí. Es como prender una antorcha y mirar lo que está escrito en la pared.”, dijo John-Dylan Haynes, uno de los científicos a cargo de nueva técnica.
Claro, la ciencia es amoral. Un escáner de cerebro es lo que es, lo que importa es el uso y la ética de aquellos que lo usan. Y, por el momento, no hay un manual de ética para este tipo de cosas. “Estas técnicas están emergiendo y necesitamos un debate sobre las implicancias, así un día no nos sorprendemos y sobrecogemos, sobre lo que hacen con estas técnicas. Estas cosas están viniendo sobre nosotros en los próximos años y necesitamos estar preparados.”, aclaró el Haynes. Es que esta técnica puede ser usada para interrogaciones policiales, para uso contra-terrorista y la pregunta es… ¿hasta que punto las intenciones constituyen una prueba en contra de alguien? ¿Estamos en Minority Report acaso? “Nosotros vemos el peligro de que esto se use compulsivamente algún día, pero tenemos que estar atentos de que, si lo prohibimos, también estamos negando a una persona que no está por cometer un crimen la posibilidad de probar su inocencia.”
Los estudios se realizaron con voluntarios a los que se les pedía que pensaran en sumar o restar números. Las pruebas tuvieron un 70% de exactitud. El problema es que cada cerebro difiere en mucho de otro y, antes de hacer este tipo de lecturas, hay que conocer como una mente reacciona. Esto, por supuesto, podría traer falsos resultados y, si la técnica se usa de forma inadecuada, traer consigo grandes problemas e injusticias.
Queda todo un debate ético por delante. Esperemos que, alguna vez, los neurocientíficos se sienten (café de por medio) y lo solucionen. Porque los neurocientíficos tienen que tomar café, ¿o no?