Cualquiera que trate de buscar información sobre la construcción de altavoces sabe que deberá invertir mucho tiempo y dinero, además de navegar entre miles de opiniones, críticas, y peleas en línea. Un paso fundamental es encontrar el material adecuado, y así llegamos a Matt de DIY Perks, quien decidió averiguar si el filamento de una impresora 3D puede brindar buenos resultados. El proyecto final es uno de los más avanzados que hemos visto hasta aquí en su canal, con una excelente atención al detalle, y un sonido que encuentra a la par de soluciones mucho más costosas…
En lo personal siempre he visto a la fabricación de altavoces como un proceso intimidante. Mi experiencia se limita a comprar auriculares Bluetooth e instalar una batería 18650 después de insultar a la celda original por su miserable autonomía, pero construir la caja de madera y buscar los componentes adecuados son asignaturas pendientes.
Mi falta de habilidad en carpintería automáticamente me lleva al territorio de la impresión 3D, y sé que no soy el único explorando esa posibilidad. Sin embargo, Matt del canal DIY Perks (a quién probablemente recuerdes por su ordenador invisible y su LCD de doble capa) decidió dejar a un lado la teoría, y construir un set de altavoces para poner a prueba al filamento. Como era de esperarse, las dificultades no tardaron mucho en aparecer…
Construyendo altavoces de alta calidad con impresión 3D
El primer problema está en el filamento. Por sí sólo, es un pésimo material con muy poca masa que vibra y resuena de manera indeseada (su rendimiento es muy pobre entre los 100 y los 500 Hz). La solución de fuerza bruta sería hacer una impresión más gruesa, consumiendo más filamento, y mucho, pero mucho más tiempo. La alternativa que adoptó Matt fue usar su impresora para crear carcasas huecas, y luego llenar los espacios usando una mezcla basada en yeso de París y pegamento PVA («pegamento blanco»). Al utilizar sólo yeso, el sonido adquiere un «ping» similar al golpe de una cuchara contra una taza.
El interior de los altavoces lleva una combinación de pads acústicos para coches, una capa hecha con toalla de algodón, y lana de oveja. El resto del vídeo adquiere un perfil más técnico al pasar a la construcción del subwoofer, aprovechando la capacidad de la impresora 3D para reproducir formas más complejas que optimicen sus frecuencias. En total, Matt necesitó siete prototipos y una versión beta antes de llegar a sus altavoces (que dicho sea de paso, suenan y se ven genial), pero la respuesta final es «sí»: Con algunos tweaks, la construcción de altavoces usando una impresora 3D es posible.