Imagina un coche que tenga una carrocería hecha de papas, un volante construido con zanahorias, que utilice un combustible basado en chocolate y aceite vegetal, y que pueda correr a más de 220 kilómetros por hora. No, no estás loco. El Environ-MENTAL será el primer coche de fórmula diseñado a partir de materiales completamente sostenibles y renovables.
Algunos proyectos científicos parecen sacados de los sueños más extraños que un loco pueda tener. Seguramente nunca imaginaste que tu coche podría tener un volante hecho de zanahorias, o que podías usar residuos de chocolate para hacerlo funcionar. Sin embargo, parece que tales cosas son posibles y hay gente trabajando para convertir todas estas locuras en un coche de carreras capaz de participar en competencias de verdad.
WorldFirst Racing Team es un proyecto de la Universidad de Warwick (Reino Unido), basado en Warwick Innovative Manufacturing Research Centre (WIMRC), tiene como objetivo demostrarle a la industria automotriz que, a la hora de construir un coche, no todo es metal, plástico, fibras de carbono y petróleo. El equipo se ha embarcado en el desarrollo de un coche de carreras que solo tendrá entre sus piezas materiales sostenibles (e incluso comestibles). La idea es transmitir a la opinión pública que respetar el medio ambiente también puede ser divertido y emocionante. Los científicos esperan poner en las pistas al Environ-MENTAL respetando y cuidando el medio ambiente en todo momento. Esto es algo sumamente importante, ya que la industria automotriz es una de las mas contaminantes, liberando todo tipo de gases nocivos y utilizando enormes cantidades de agua durante en sus cadenas de montaje.
Entre las características y materiales que hacen de este proyecto algo único, se pueden destacar la utilización de compuestos de fibras naturales basados en zanahorias y otras verduras de raíz. Parece que estas verduras pueden servir de base para crear cosas lo suficientemente resistentes como para sentarse encima y correr a 220 Km/h. Incluso los espejos serán orgánicos, ya que los están construyendo a partir de fécula de papa. Partes de la carrocería son de lino y celulosa, los lubricantes son vegetales, el asiento del conductor está hecho de una pasta esponjosa de soja y su biocombustible se basa en el chocolate. Una vez que lo hayas comprado, no sabrás si manejarlo o comerlo.
Por supuesto, hay piezas del coche que deben seguir siendo de metal. Los conductores eléctricos y las piezas más importantes del motor –como el block y los pistones- serán de aluminio y metales obtenidos del reciclado de latas y otros desechos. Lo mismo ocurre con el carbono necesario para los discos de freno o el material de los amortiguadores. Para evitar la emisión de gases contaminantes cuando circule por las pistas de carreras, se ha previsto un catalizador que genera oxígeno en los radiadores y limpia los gases del escape.
El chasis del coche se basa en un Lola B05/30, que integra un motor diesel BMW M47. Solo esperamos que, cuando llegue la primavera, el coche no comience a sacar brotes o echar raíces. Por lo demás, nos parece una idea estupenda.