No es la primera vez que hablamos de este tipo de energía. Sin embargo, nuevos planes siguen emergiendo y nos dan a soñar con que una fuente como ésta, más limpia y económica, es posible. Esta vez fue un grupo israelí el que presentó a la Asociación de Transporte Medioambiental (ETA) de Inglaterra el nuevo proyecto, que consiste en regar la carretera de pequeños cristales piezoeléctricos. Las pruebas se llevarán a cabo en Israel el mes próximo.
Ya hemos hablado en ocasiones previas sobre esta nueva fuente de energía. En 2006 Mark Oberholzer presentó su proyecto para integrar pequeñas turbinas dentro de las barreras que separan los carriles, las cuales generarían electricidad de las corrientes de aire provocadas por los coches al pasar. Sin embargo, y por suerte, esta no ha sido la única iniciativa del tipo. Ahora es la Asociación de Transporte Medioambiental (ETA) de Inglaterra, a través de un grupo israelí, la que presentó un nuevo plan que consiste en regar la carretera con pequeños cristales piezoeléctricos, que serían aplastados por miles de carros diariamente.
Los materiales piezoeléctricos, al ser sometidos a tensiones mecánicas, adquieren una polarización eléctrica en su masa. Utilizando cristales de este material, que serán aplastados por miles de vehículos diarios, ETA supone generar 400 kilowatts con por kilómetro. Estos 400 kilowatts son equivalentes a la energía utilizada en ocho autos pequeños.
Según el presidente de ETA, Andrew Davis, quien predice un cambio masivo a coches eléctricos en el futuro, con esta nueva tecnología algunos vehículos podrían ser alimentados enteramente por los caminos sobre los que se transportan. El resultado de los estudios de la asociación han concluido que, si este sistema fuese instalado en cada centímetro de los caminos británicos, se generaría suficiente energía para alimentar 34.500 automóviles pequeños.
Aunque las incursiones anteriores de este tipo de energía no tuvieron mucho éxito, parecería ser que este nuevo plan tendrá un poco más de suerte, al menos en principio. Es que el mes próximo se llevará a cabo un prueba en Israel y, de funcionar, sería el primer paso para cambiar a un tipo de energía más limpia y económica.
