Un grupo de físicos acaba de descubrir una rara partícula de antimateria que podría aportar respuesta a cuestiones que hasta ahora no tenían explicación. Un pequeño acelerador de partículas de New York pone contra las cuerdas al majestuoso LHC al hallar otra evidencia de que la escurridiza antimateria no solo existe sino que además ayudará a entender la formación del Universo y la razón de por qué la materia sobrevivió a su contraria.
Quizá no lo percibamos, pero nos encontramos en uno de los momentos más interesantes de la física de la historia. La intensa batalla que mantienen los científicos de todo el planeta por desentrañar los misterios más profundos de la realidad está dando como resultado múltiples y valiosos hallazgos a cada momento que pasa. Las inversiones son gigantescas, las estructuras construidas apoteósicas. Y los descubrimientos que generan, están a la altura.
Se esperaba mucho del gran LHC, pero mientras arrancaba y no arrancaba, sus hermanos menores andaban a marchas forzadas para dar resultados en sus investigaciones. Precisamente porque no son tan ambiciosos como la “maquina de Dios”, pueden funcionar sin averías importantes y arrojar datos relevantes para los científicos. En este caso, ha sido el acelerador de partículas RHIC (Relativistic Heavy Ion Collide) del Brookhaven National Laboratory, en Nueva York, el que ha proporcionado un descubrimiento asombroso. Con tan “sólo” 3 kilómetros de circunferencia, este “pequeño” acelerador de partículas, ha hecho colisionar iones de oro y se ha obtenido algo excepcional: la forma más extraña de antimateria nunca vista hasta ahora, una antipartícula que podría haber existido en los primeros momentos del Big Bang.
Estos investigadores son los mismos que hace poco anunciaron ser capaces de recrear en laboratorio las condiciones posteriores a la gran explosión en una especie de «sopa» de materia 250.000 veces más caliente que el centro de nuestro Sol. Y es que se está cociendo algo grande en el mundo de la física cuántica aunque no seamos muy conscientes del alcance e importancia de estas investigaciones.
El físico teórico Horst Stoecker, vicepresidente de la Asociación Helmholtz de Laboratorios Nacionales de Alemania, afirma que “las raras características de este hallazgo experimental podrían tener consecuencias sin precedentes para nuestra visión del mundo”. Stoeker afirma que la antimateria encontrada abre la puerta a nuevas dimensiones del mapa nuclear (diagrama que describe las características de los núcleos atómicos de los diversos elementos), una idea que hace sólo unos años habría sido considerada imposible.
Por otro lado, este estudio podría explicar las razones de por qué la materia se impuso a la antimateria en los orígenes del Universo y por qué fue posible que existiera nuestro mundo tal y como es. Es un problema de la física que aún no ha sido resuelto pero que tras los resultados del RHIC se puede empezar a desvelar el gran secreto de la existencia.