La noticia tomó por asalto a la Web en mayo de 2013: Un grupo de estudiantes daneses había «comprobado» que las señales WiFi podían entorpecer o interrumpir el crecimiento de las plantas. Mágicamente el proyecto escolar fue transformado en «estudio», recogido por los medios generales, y utilizado como referencia por quienes buscan ofrecer soluciones contra el «electroesmog». Andrew McNeil, ingeniero y reconocido fabricante de antenas WiFi caseras en YouTube, decidió aplicar sus conocimientos en radiofrecuencia y realizar su propio experimento…
A medida que avanzan las soluciones inalámbricas escuchamos con una frecuencia cada vez mayor al término «hipersensibilidad electromagnética». Aquellos que dicen sufrir esa condición reaccionan a las señales WiFi, Bluetooth y de telefonía móvil como si se tratara de una alergia (o algo peor), sin importar si los niveles de intensidad se ubican muy por debajo del máximo recomendado. Los expertos han reportado hasta el cansancio que la hipersensibilidad electromagnética es pura pseudociencia, y que sus «secuelas» están relacionadas con el efecto nocebo. Aún así, nunca falta ese artículo que declara al WiFi como causante de cáncer y asesino de la vida vegetal en la Tierra.
Andrew McNeil probablemente sea uno de los youtubers con los que te vas a cruzar si planeas desarrollar un proyecto basado en WiFi o radiofrecuencia en general. Fue él quien puso a prueba la famosa «pistola WiFi» de kreosan, y ahora vuelve a la carga con la intención de confirmar o negar si el WiFi mata plantas. Pero en vez de utilizar dos o tres routers (con todas sus variables y diferencias de fabricación), preparó tres transmisores de 2.4 GHz. Una de sus plantas (que parecen ser de berro) fue colocada en una habitación alejada de los transmisores, mientras que la otra terminó siendo bombardeada con diferentes secciones del espectro WiFi a una intensidad de 300 milivatios por transmisor.
Y la respuesta es no. El WiFi no inhibió ni bloqueó el crecimiento de la planta. De hecho, me atrevería a decir que la planta ahogada en WiFi creció un poco mejor. Sin embargo, el tamaño de la muestra sigue siendo 1, por lo tanto, Andrew repetirá el experimento pronto, y lo más seguro es que suba la potencia también.
Fuente: Hackaday