Uno de los problemas más grandes que enfrentan los trenes de alta velocidad es la demora que introduce el hecho de tener que parar en cada estación a recoger pasajeros. A 10 o 20 minutos por parada, en un recorrido típico el tren casi pasa más tiempo detenido en las estaciones que corriendo por las vías. Pero, ¿sería posible diseñar un tren capaz de recoger los pasajeros sin necesidad de detenerse a esperar que suban? Un concepto desarrollado por los chinos parece probar que sí.
Todos aman los trenes de alta velocidad. Los pasajeros buscan perder el menor tiempo posible al desplazase de una ciudad a otra y los ingenieros disfrutan diseñándolos. Sin embargo, y a pesar de que pueden alcanzar velocidades superiores a los 250 kilómetros por hora (en España se han alcanzado experimentalmente los 404 km/h) lo cierto es que las paradas intermedias introducen demoras indeseadas. Supongamos que quieres viajar de la ciudad A a la ciudad B, separadas por una distancia de 500 kilómetros. Si tu tren se desplaza a 250 km/h, en teoría deberían bastarte dos horas abordo del tren para llegar a destino. Pero llevadas al terreno de lo práctico, el tiempo de viaje puede ser bastante mayor.
¿Por qué ocurre esto? Las culpables son, obviamente, las paradas intermedias. Para que el servicio sea rentable, el tren debe recoger (y bajar) pasajeros en las ciudades que existen entre A y B. Si tienes que hacer 5 o 6 paradas, cada una de 15 minutos, estás agregando aproximadamente una hora y media al tiempo de viaje. En lugar de demorar dos horas, tardas tres y media. Este problema, aparentemente irresoluble, acaba de ser abordado por los chinos y parece ser, al menos en teoría, evitable. El secreto consiste en lograr que los pasajeros suban al tren sin que este deba detenerse. Obviamente, no puedes subir o bajar a alguien de un tren que se desplaza a 250 km/h, pero si puedes usar una plataforma móvil que se enganche al mismo cuando pasa. Veamos como funciona el sistema:
En cada estación habría una plataforma móvil, no muy distinta a uno de los vagones del tren, en la que deberían subir los pasajeros que quieren abordarlo. Cuando se acerca el tren, la plataforma comienza a acelerar de forma que cuando el convoy pasa por la estación sus velocidades están igualadas. En ese momento, los pasajeros pasan de la plataforma al interior del tren. En la estación siguiente, además de abordar nuevos pasajeros utilizando este sistema, la plataforma recogida en la estación anterior se suelta y desacelera abandonando el tren con los pasajeros que quieren descender abordo de ella. Los trenes que viajan en sentido contrario van devolviendo las plataformas a las estaciones originales, y todos contentos. Ingenioso, ¿verdad? Por supuesto, esto no es mas que un concepto, y ponerlo en práctica implica reformar todos los trenes y estaciones que quieran utilizar el sistema, pero al menos demuestra que es posible de implementar.
En China, el diseñador Chen Jianjun -ideólogo del sistema- ha calculado que el tren que une Pekín con Guangzhou, dos ciudades separadas por 2.475 kilómetros con 30 paradas intermedias podría demorar dos horas y media menos en completar su recorrido.