Uno de los sueños de la tecnología ha sido siempre romper las barreras de comunicación entre diferentes culturas. Traducir de modo correcto un idioma a otro es una tarea pendiente que ninguna empresa ni científico ha conseguido por ahora. Sin embargo, un emprendedor español asegura haber diseñado un algoritmo que puede hacerlo, con una tasa de conversión eficaz de casi el cien por cien y en tiempo real, mientras hablamos. ¿Demasiado bonito para ser cierto?
Néstor Jacob, un emprendedor español muy peculiar, afirma que ha desarrollado un sofisticado algoritmo informático que traduce conversaciones orales en tiempo real y que es capaz de aprender idiomas de forma autónoma. Este hombre dice estar muy orgulloso de su invento «por ser el primero en romper las barreras lingüísticas y por haber contemplado la cara maravillada de los ‘‘ejecutivos agresivos’’ a los que hemos hecho demostraciones». Ha bautizado su diseño como Voice Projet, y parece que Google, Yahoo, Telefónica y HP, han mostrado interés por su desarrollo.
Jabob explica que su «interpretador de voz humana», como le gusta llamarlo, “a diferencia de otros sistemas, tiene la habilidad de ordenar las palabras en su justo orden al traducir». Mejor aún, interpreta el sentido que el locutor quiere dar a la frase y la pronuncia, en tiempo real, con claridad y coherencia en el idioma «de salida». El aparato integra un módulo de inteligencia artificial que utiliza un complejo y secretísimo algoritmo de análisis gramatical y semántico desarrollado por Thinket, la empresa de este polifacético empresario. “Autoaprende nuevas lenguas y expresiones, y puede incluso completar una palabra que se haya quedado a medias a causa de, por ejemplo, una interferencia telefónica”, asegura Jacob. Por ahora, sólo traduce entre inglés y español, pero dice su diseñador que ya chapurrea chino y ruso.
El empresario malagueño de origen belga detalla el funcionamiento del algoritmo: «Primero se introducen varios diccionarios y, por las noches, se queda escuchando audiolibros o la radio". Al cabo de pocas semanas, los diccionarios no son necesarios, ya que el sistema «escoge las mejores palabras para interpretar». El siguiente paso son las «clases teóricas» con un profesor del idioma elegido y las «prácticas» con medio centenar de voluntarios que «liman» la lengua recién aprendida. En esta fase, el programa se acostumbra a las expresiones más comunes para definir personas, cosas o situaciones. «Esto se hace para que el sistema ‘‘ruede’’, a partir de ahí ya resulta infalible», concluye Jacob. El sistema, «adaptable a cualquier soporte de comunicaciones» está preparado para dar el salto a todos los sistemas de telefonía en cuestión de semanas.
Mientras que Google mantiene a 500 genios investigando en este campo desde hace 5 años sin resultados eficientes, Jacob asegura haber conseguido el objetivo en apenas 18 meses y con una infinitésima parte de los recursos que el gigante dispone. Incluso el ministerio de Ciencia e Innovación había considerado este reto como uno de los más difíciles de estas décadas, poniendo como límite temporal unos 20 años. Jacob tiene guardado el algoritmo bajo 7 llaves, bien encriptado y protegido del espionaje industrial porque la verdad, si esto fuera realmente cierto, sería un auténtico bombazo. Dudamos mucho que esto llegue a buen puerto, porque si no lo ha logrado nadie, ni los científicos más brillantes ni las empresas más poderosas ¿cómo lo va a conseguir este simple mortal? Esperaremos a ver si se confirma pronto la noticia. Mientras tanto, lo mantenemos en suspenso.