El taxi espacial de la NASA

La NASA quiere entrar en el negocio de los viajes espaciales privados a toda costa. Tanto es así que ha intensificado los contactos con empresas privadas del sector para poner en marcha un servicio de taxis en el espacio que llevará pasajeros que estén dispuestos a pagar las exorbitantes cifras que pedirán por el billete o para transportar carga útil hasta la Estación Espacial Internacional. Todo sea por la pasta.

Que el espacio está de moda nadie lo duda. Lo que sucede es que no se trata de una moda romántica, rodeada del halo nostálgico que suele llevar envuelto todo lo relacionado con el cosmos exterior. En este caso las motivaciones son más bien pragmáticas puesto que se abre un nicho de mercado con los viajes espaciales comerciales que nadie quiere dejar escapar. La NASA, desde que se le recortaron los presupuestos debido a la crisis, no para de plantearse alternativas para seguir ingresando dinero y explotar el espacio. Su proyecto trata de involucrar a las empresas privadas del sector para que desarrollen un servicio de “taxis espaciales” con los que transportar pasajeros que puedan pagar el precio del billete o que transporten carga hasta la Estación Espacial Internacional, puesto que la NASA planea retirar su flota de obsoletos transbordadores el año que viene.

La idea es destinar 50 millones de dólares a la empresa que presente una propuesta más interesante para desarrollar los vehículos espaciales que servirán de taxi sideral. Los candidatos, todos norteamericanos, tienen 45 días para presentar sus proyectos, que serán evaluados competitivamente. Antes de finales de septiembre, la compañía con mejores ideas recibirá el premio. Las empresas privadas SpaceX y Orbital Sciences Corp ya hace algun tiempo que investigan el desarrollo de cohetes y cápsulas para la entrega de cargamentos a la estación.

Sin embargo, no parecen muy contentos con el montante económico que ofrece la NASA. "Es un poco decepcionante que el nuevo programa sólo sea de 50 millones de dólares", dijo el fundador y presidente ejecutivo de SpaceX, Elon Musk. "Cincuenta millones es lo que cuesta un asiento en (la nave rusa) Soyuz", se queja amargamente. Por otro lado, indicó el Centro Jonson de Vuelos Espaciales de la NASA que "Estos esfuerzos apuntan a patrocinar la actividad empresarial, el crecimiento del empleo en ingeniería, análisis, diseño e investigación, el crecimiento económico a medida que se creen nuevos mercados".

La empresa privada Space Adventures, con sede en Vienna (Virginia, EEUU) es la única que hasta el momento gestiona los viajes de los denominados turistas espaciales. Estos millonarios pasajeros pagan sin rechistar el precio de su billete (14 millones de euros) que ayuda a sufragar el coste del viaje de los propios astronautas. De esta manera, la agencia rusa, Roskosmos, el modelo al que quiere parecerse la NASA, recauda parte de la financiación que requieren sus misiones espaciales. Por otro lado, Virgin Galactic se está especializando en el turismo espacial de bajo coste. La compañía ofrece vuelos en naves propias por debajo de la órbita, lo que reduce el coste del pasaje. Los primeros 100 viajeros deberán pagar unos 141.000 euros, pero a medida que haya más interesados el precio se irá reduciendo hasta unos 14.000 euros.

Está claro que la NASA no quiere quedarse atrás y aunque sus iniciales 50 millones de dólares no son un gran acicate para las empresas participantes, al menos representa un primer impulso que les ayudará a desarrollar los proyectos presentados.  Entre las firmas que han expresado interés se cuentan Ball Aerospace and Technologies Corporation, Airborne Systems, SpaceX, Boeing, Tether Applications, Retro Aerospace, Emergent Space Technologies, Davidson Technologies y Paragon Space Development Corporation.

En el año 2015 podríamos tener disponible el servicio para llevarnos de paseo por el vacío exterior: ¡Taxi! ¡¡Taxi!! Otro que pasa de largo…Cuanto más prisa tienes, menos encuentras. Hay cosas que no cambian nunca.