La universidad complutense de Madrid alojará el centro de control que asistirá al nuevo satélite espacial WSO-UV, que será el sustituto del popular Hubble. El proyecto está liderado por España y Rusia. Pretenden colocar en órbita una ventana al universo desde donde observarlo todo aprovechando su capacidad para captar los rayos ultravioleta. Será puesto en órbita en el 2013 y promete grandes descubrimientos como los que ha realizado el viejo Hubble.
El telescopio espacial Hubble nos lleva deparadas muchas sorpresas y descubrimientos gracias a su altísima tecnología y a que orbita fuera de nuestra atmósfera. Como fuente de conocimiento, este famoso satélite científico ha abierto líneas de investigación que desde La Tierra no habrían sido posibles. Pero todo tiene su ciclo, y el del Hubble llega a su fin dentro de pocos años. Para reemplazarlo en la oscuridad sideral, España y Rusia han hecho un esfuerzo de inversión para diseñar y construir el que será su digno sustituto: el nuevo observatorio espacial WSO-UV (siglas en inglés de Telescopio Espacial Mundial-Ultravioleta). Otros países como Alemania, China y Ucrania también participan en el proyecto.
Tendrá dos centros de control (cosa inusual en este tipo de sistemas), uno radicado en Madrid, en la Universidad Complutense de Madrid, y el otro el Rusia, en el Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias. La empresa espacial española GMV, lidera el consorcio industrial responsable del segmento de tierra de la misión WSO-UV.
Existen todo tipo de telescopios (incluidos los que están en órbita) especializados en los diferentes rangos electromagnéticos. Unos se encargan de captar la luz visible, otros las microondas, ondas de radio e incluso rayos X o gamma, pero sólo hay uno que es capaz de procesar la luz ultravioleta que llega desde el espacio: Hubble. Cuando este deje de funcionar, tendremos al flamante WSO-UV dispuesto a tomar las riendas. Será lanzado en el año 2013 y podrá recibir y enviar datos durante 5 años que serán prorrogables por otros 5. Con esto tenemos cubierto este difícil intervalo del espectro electromagnético que sólo puede ser captado con precisión desde fuera de nuestra atmósfera. Su lanzamiento será propiciado por los rusos, además de la construcción de la plataforma del telescopio y del sistema óptico. España se encarga del resto.
Según la responsable científica del proyecto por parte española, Ana Inés Gómez de Castro (Universidad Complutense), el telescopio perseguirá 3 objetivos. Primero, “investigar el enriquecimiento químico del universo durante el último 80% de su vida. Esto incluye medir la tasa de formación estelar (el cosmos se enriquece químicamente con cada generación de estrellas que se forma) y estudiar las propiedades del medio intergaláctico”. Segundo, “estudiar los motores gravitacionales, discos y chorros asociados, por ejemplo, a agujeros negros supermasivos o a estrellas binarias”. Y tercero, “el estudio de las propiedades de las atmósferas de los planetas gigantes gaseosos y la influencia de la radiación ultravioleta de la estrella en la evolución de esos planetas". Para ello el telescopio contará con 3 instrumentos: 2 espectrógrafos (Hirdes y LSS), diseñados por los alemanes, y la cámara ISSIS que aporta España.
Bienvenida sea la iniciativa hispano-rusa. No dejarán huérfano de buenos telescopios espaciales a nuestro conocimiento astronómico.
