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«El Suelo del Ruiseñor»: El sistema de alarma del antiguo Japón

¿Mito o realidad?

Lo hemos visto (y escuchado) varias veces en películas de acción con guerreros japoneses: Muchos de sus «ataques sorpresa» quedan expuestos por el ruido que hacen los pisos de madera al caminar sobre ellos, o los ninjas tratan de evitarlos, atacando a través de los techos. El «Suelo del Ruiseñor» o «uguisubari» es perfectamente real, y si viajas a Japón podrás experimentarlo tú mismo, ¿pero es acaso un sistema revolucionario de seguridad, o un simple efecto secundario del proceso de construcción?

Hay muchas cosas para visitar en Japón, tal vez demasiadas. Desde sus impresionantes ciudades hasta los robots gigantes, pasando por servicios de trenes nocturnos y baños públicos, estamos convencidos de que un solo viaje no sería suficiente. Sin embargo, sería un error muy grosero ignorar el perfil histórico y tradicional del país. Un amplio número de templos y castillos te esperan, cada uno con propiedades únicas, pero también varios elementos en común.

Uno de esos elementos es el uguisubari, El Suelo del Ruiseñor. El nombre viene de uguisu, descripción local para el ruiseñor bastardo japonés, Horornis diphone, un pájaro bastante generoso a la hora de cantar. En esencia, el uguisubari hace un ruido similar al del pájaro cuando caminamos sobre él. Las tablas de madera crujen naturalmente, pero el ruido adicional es imposible de confundir.



Varias fuentes sugieren que el Suelo del Ruiseñor se remonta al siglo XVII. El suelo es construido de manera tal que los clavos utilizados rozan contra los ganchos que sostienen a los tablones. Existen variantes que usan ganchos colocados en diagonal o formando una «V», pero el efecto final es el mismo: Si alguien pisa las tablas, no será silencioso.


Un efecto simple, producto del roce entre metales, peso y gravedad

Ahora, casi todo el mundo presenta al uguisubari como un sistema de alarma. Hubo una época en la que no era difícil hacer enemigos en Japón, y cualquiera terminaba atravesado por una espada durante la noche. El simple hecho de instalar pisos ruidosos alrededor de las habitaciones podía ser suficiente para advertir a quienes dormían, o como alternativa, a sus guardias. Sin embargo, una pizca de literatura en el castillo Nijō de Kioto sugiere que el detalle, al principio, no fue intencional. ¿Un defecto inicial convertido en ventaja? En lo personal, me gusta esa idea.


Fuente: Tablazed


Escrito por Lisandro Pardo

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