Sí, realmente extrañábamos las ideas locas de DARPA. Han pasado algunas semanas desde que la agencia gubernamental norteamericana fue noticia por última vez, pero finalmente ha vuelto al ruedo con renovados bríos. Esa vez, han decidido gastar el dinero de los contribuyentes en el desarrollo de un submarino volador (o, si lo prefieres, un avión sumergible) digno de James Bond. ¿Funcionará?
En realidad, y a pesar de que siempre nos tomamos con una dosis (a veces elevada) de humor las noticias relacionadas con DARPA, lo cierto es que esta agencia invierte mucho dinero en poner a punto sistemas relacionados con la defensa de los EE.UU. (y la aniquilación de sus enemigos). De hecho, a menudo sus proyectos terminan concretándose, ya que cuando hay financiamiento suficiente los proyectos suelen llegar a buen término.
En este momento DARPA está trabajando en un vehículo volador, de esos que solemos llamar “aviones”, con una autonomía de unos 2000 kilómetros. Pero el cacharro también tendrá que ser capaz de desplazarse debajo del agua (adivinaste: como un submarino), y recorrer sumergido distancias hasta 20 kilómetros. La carga útil que podrá transportar el aparato será de unos 1000 kilogramos, y tendrá capacidad para ocho pasajeros.
A pesar de que en algún momento se especuló con la creación de algo parecido por parte de Lockheed Martin, el llamado Cormorant era un vehículo no tripulado, que solo permanecía debajo del agua durante el lanzamiento desde un submarino nodriza. En este caso, estamos hablando de un submarino volador tripulado hecho y derecho.
En realidad, no se trata de una idea demasiado novedosa. La propia Marina de los EE.UU. había comenzado a contemplar la fusión entre aviones y submarinos en 1946, y la Unión Soviética, más o menos por esa época, incluso llegó a montar algún prototipo del modelo 3D que se ve en el vídeo.
A los muchachos de DARPA no les resultará fácil desarrollar semejante máquina. Es bastante complicado conseguir el adecuado equilibrio entre el bajo peso que necesita tener un avión para volar y las resistencia estructural (que indefectiblemente agregará peso muerto al aparato) que requiere para funcionar como un submarino.