El exitoso robot “Spirit”, que la Agencia Espacial Estadounidense NASA puso en Marte en enero de 2004, ha quedado definitivamente detenido en ese planeta. El robot, que desde hace varios meses se encuentra encajado en el cráter Troy del planeta rojo, no va a volver a rodar por la superficie de Marte, y funcionará -si logra sobrevivir a los duros inviernos marcianos- durante varios años como una estación científica fija. Para la NASA, "Spirit no ha muerto, sólo ha entrado en una nueva fase de su larga vida".
Un parte de prensa de la NASA ha confirmado lo que muchos sospechaban desde hace algunas semanas: el robot “Spirit” , que desde 2004 ha recorrido unos cuantos kilómetros sobre la superficie de Marte, ya no volverá a circular por ese planeta. En efecto, la NASA ha abandonado oficialmente los intentos por hacer que el robot explorador recupere su movilidad y se prepara para poner sus sistemas de abordo en “modo hibernación” para que el “Spirit” pueda resistir el crudo invierno marciano. Para Doug McCuistion, director del Programa de Exploración en Marte de la NASA, “Spirit no está muerto. Sólo acaba de ingresar en una nueva etapa de su larga vida”. Si está en lo cierto, el aparato seguirá funcionando durante años desde el lugar en que se encuentra en este momento. “Habíamos dicho que los esfuerzos por liberar a ese querido robot podrían fracasar. Parece que el lugar donde se encuentra ahora será su último sitio de descanso", agrega McCuistion. El robot se encuentra desde hace varios meses atrapado dentro de un cráter al que la agencia ha bautizado “Troy”.
El pequeño vehículo de seis ruedas independientes fue originalmente diseñado para llevar adelante una misión de tres meses de duración. Durante ese tiempo debía recorrer algunos kilómetros sobre la superficie de Marte obteniendo datos científicos. Sin embargo, su sólida construcción le ha permitido permanecer operativo por más de seis años. Pero sus travesías parecen haber terminado, ya que está atascado desde hace casi un año en una zona arenosa, a la que los especialistas describen como “la pesadilla de un golfista”, por su similitud con las trampas de arena que suelen encontrarse en una cancha de golf. Ante la imposibilidad de sacarlo de ese lugar, los encargados de dirigir la misión han decidido convertirlo en una plataforma científica fija. Esta decisión trae aparejado el problema de la generación de energía, ya que al no poder orientarse de forma que el sol incida perpendicularmente a sus paneles solares se corre el riesgo de que no pueda producir la electricidad suficiente para que el robot evite quedar congelado.
El invierno de Marte es realmente duro. En la zona donde se encuentra varado “Spirit”, las temperaturas suelen alcanzar los 50 grados centígrados bajo cero, por lo que el sistema eléctrico del robot debe proporcionar energía a los calefactores destinados a mantener en condiciones sus componentes internos. Para evitar que se congele, los ingenieros a cargo han decidido concentrar sus esfuerzos en lograr un pequeño desplazamiento para que el robot se coloque en un ángulo tal que pueda captar con la máxima eficiencia posible los débiles rayos solares. Ashley Stroupe, la directora del proyecto, asegura que -al menos teóricamente- “Spirit está preparado para soportar las bajas temperaturas y cuenta con cajas aisladas para sus componentes electrónicos.” Pero los seis años de ciclos extremos de temperatura que ha sufrido -y para los que no estaba inicialmente preparado- hacen a muchos científicos dudar sobre sus posibilidades reales de superar un invierno marciano que se espera especialmente duro a partir de marzo.
Hace diez meses, mientras el “Spirit” viajaba hacia el sur, sus ruedas rompieron una delgada costra rocosa superficial y quedaron atrapadas por la suave y fina arena que había debajo. Desde ese momento, los técnicos a cargo del control del robot comenzaron a elaborar planes para liberarlo de la trampa, utilizando la fuerza de cinco de sus seis ruedas, ya que una de las seis había dejado de funcionar en 2006. Se efectuaron todo tipo de cálculos y pruebas físicas sobre un gemelo del rover en la Tierra, ubicado en un cajón de arena del Jet Propulsion Laboratory, utilizado para reproducir las condiciones del original. Pero nada de eso sirvió para liberar al rover y el pasado mes de noviembre otra de sus ruedas dejó de funcionar, empeorando aún más la delicada situación del “Spirit”. El equipo encargado de la misión aún se muestra optimista, y ante la dura realidad que enfrenta el proyecto ha diseñado nuevas actividades científicas para el “Spirit”. Steve Squyres, uno de los científicos encargados de las operaciones del robot, adelantó que intentarán utilizar al malogrado robot para determinar si el núcleo de Marte es líquido o sólido. “Movilidad limitada no significa el fin abrupto de la misión, sino que nos permite una transición hacia una ciencia estacionaria”, dice Squyres.
Pero para que esto sea posible, primero debe superarse el invierno. John Callas, gerente del proyecto en el Jet Propulsion Laboratory en Pasadena, dice que “el robot se irá apagando cada día. Hará pausas de algunas horas para ahorrar energía, pero esperamos que podamos al menos conseguir que nos siga escuchando, porque sino lo perderemos definitivamente.” Mientras tanto, “’Opportunity‘”, el robot que llegó a Marte en enero de 2004 junto al “Spirit” sigue funcionando perfectamente. En estos momentos se dirige hacia un gran cráter conocido como Endeavor, donde los científicos de la NASA esperan que siga realizando importantes hallazgos.