Sí, tal vez no sea una prioridad en nuestras mentes, pero el mismo lugar que nos ha dado una oportunidad en el Universo, se encargará de acabar con nosotros (a menos, que suceda otra cosa antes). El Sol cambiará radicalmente de tamaño antes de apagarse por completo, reclamando inicialmente a los planetas más cercanos… incluyendo a la Tierra. Eso y mucho más, en esta infografía.
Algo típico entre la raza humana (o al menos, la mayoría de ella) es dar por garantizado al Sistema Solar… lo cual está mal. Muy mal. Aún con toda su belleza y su majestuosidad, el Sistema Solar tiene fecha de vencimiento, y nosotros estamos dentro del paquete. Después está la interpretación general sobre Júpiter, que es, correctamente, el planeta más grande de nuestro sistema, aunque se pierde de vista que es todo un enano en comparación con el Sol, que representa casi el 99,9 por ciento de toda la masa del Sistema Solar. Estos detalles y muchos otros han sido desplegados en una infografía animada hecha por el diseñador Philipp Dettmer. Además de dar un repaso a los datos más relevantes sobre el Sistema Solar, también hace referencia a la desaparición de la Tierra, bajo el poder de nuestra propia estrella.
Pero hay un problema. O a decir verdad, un par. En primer lugar… el año de Mercurio no es, desde un punto de vista técnico, más corto que su día. Está ampliamente documentado que Mercurio tiene tres rotaciones sobre su eje por cada dos revoluciones en su órbita, e incluso la propia NASA indica que el año en Mercurio son 88 días terrestres, mientras que el día se extiende por 58,6. La diferencia está en que “sobre” la superficie de Mercurio, un observador vería pasar un día completo (la NASA llama a esto “amaneceres sucesivos”) cada dos años (176 días terrestres) en Mercurio. Y en segundo lugar, si bien el Sol va a expandirse como lo indica la animación (se supone que se convertirá en un gigante rojo dentro de 5.400 millones de años, y no en 500 millones), la Tierra enfrentará otros inconvenientes mucho antes, como la formación (teórica) de un nuevo supercontinente, y el propio proceso de fotosíntesis, afectado por las concentraciones de dióxido de carbono. ¡Pero a no deprimirse! Queda mucho tiempo, y lo más probable es que no lo veamos, así que…