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El software como arma de guerra

Las potencias ya no tienen dudas en considerar a la Web como un “teatro de guerra” más, y se apresuran para estar a la altura de lo que es un conflicto caótico y sin precedentes. Con múltiples recortes de presupuesto programados, las fuerzas armadas estadounidenses están haciendo todo lo posible para reducir el impacto en sus actividades. Por esta razón, la Fuerza Aérea ha decidido declarar a un grupo de seis ciber-herramientas como armas, para normalizar las operaciones militares en el ciberespacio y garantizar los fondos suficientes.

No saber quién es el enemigo, cuáles son sus intenciones reales y quién lo financia son parámetros inusuales para una guerra, pero no para una ciberguerra. Empresas, gobiernos, grupos paralelos, individuos… cualquiera puede participar en ella. Dinero, secretos (militares, industriales, comerciales), identidades, infraestructura… los blancos son múltiples, y muy diferentes entre sí. Las autoridades buscan adaptarse, pero la pregunta es si lo están haciendo con la rapidez suficiente. Y entre todo esto, aparecen los recortes de presupuesto que se están sintiendo en todos los círculos al otro lado del charco, desde operaciones críticas hasta show aéreos como los Blue Angels y los Thunderbirds, que no volarán más por el resto del año.

En una acción que busca garantizar la llegada de los dólares necesarios para mantener una ciber-defensa aceptable, el Teniente General John Hyten, vicecomandante del Air Force Space Command, anunció la designación de un paquete de seis ciber-herramientas como armas de guerra, decidida por el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, el General Mark Welsh. A través de una conferencia, el Teniente General Hyten agregó que esto ayudará a mantener el enfoque sobre las ciber-amenazas y dar a este aspecto de seguridad la atención que merece. El anuncio llega luego de que varios oficiales de inteligencia destacaron que los ciberataques ahora ocupan el primer lugar en amenazas a los Estados Unidos, desplazando al terrorismo.

Claro que, con sólo declarar como “armas” a estas herramientas no es suficiente. La Fuerza Aérea deberá probar a cada momento que el presupuesto está siendo bien invertido, y eso implica integrar ciber-recursos con otras armas, además de “mejorar su interfaz” con la industria privada, lo cual requiere acuerdos adicionales, y seguramente más dinero. La Fuerza Aérea también ha anunciado la incorporación de 1.200 personas a su división cibernética, de los cuales 900 son personal militar. Como era de esperarse, no trascendieron las capacidades específicas de estas nuevas “ciber-armas”, pero la Fuerza Aérea ha llegado a la conclusión de que esto no puede esperar más tiempo: La ciberseguridad está siendo militarizada.

Escrito por Lisandro Pardo

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