Seguridad y consumo de combustible se han convertido en dos grandes objetivos a alcanzar para prácticamente todo sistema de conducción automatizada que se encuentra en desarrollo. En noviembre pasado Tomás nos habló sobre el Proyecto Sartre, un sistema para crear un convoy de vehículos con asistencia tecnológica, financiado por la Comisión Europea y con la participación de grandes empresas, entre las cuales se destaca Volvo. Recientemente, Volvo realizó una demostración en vivo con resultados satisfactorios, bajo condiciones climáticas que serían bastante complejas para cualquier humano a la hora de conducir.
¿Cuál es el vector más débil en un coche? La mecánica ha avanzado mucho, pero no es eterna. La eficiencia en el consumo de combustible se ha incrementado de forma considerable, pero todo vehículo tiene un límite de autonomía. Sin embargo, el vector más débil en un coche sigue siendo el conductor. Considerar esto puede resultar aberrante para aquellos que han conducido durante años sin ningún incidente, pero lo cierto es que los accidentes no están disminuyendo, sino que están aumentando, y detrás de cada volante hay una persona que pudo hacer algo mal, aún en contra de su voluntad. Convertir al conductor en pasajero es algo que muchos proyectos han estado buscando intensamente en estos últimos tiempos, y el Sartre, con respaldo económico de la Comisión Europea y aporte de empresas como Volvo, es uno de ellos.
Sartre se basa en la creación de un convoy de coches autónomos, que se comportan de acuerdo a las direcciones y las maniobras de un conductor altamente entrenado que va en el camión a la cabeza del “pelotón”, como así lo llaman sus desarrolladores. Los beneficios para un vehículo que es parte de un convoy se traducen directamente en un menor consumo de combustible y una menor emisión de gases, con estimados iniciales que hablan de un veinte por ciento. Por otro lado, el pelotón elimina al “vector débil” de un coche, quitándole responsabilidad al conductor y encargándose automáticamente de toda maniobra, alteración en la trayectoria o cambio de velocidad que sea necesaria, de acuerdo a la información transmitida por la cabeza del convoy.
Hace pocos días, la gente de Volvo realizó la primera demostración en vivo del proyecto en su circuito de pruebas ubicado en la ciudad de Gotemburgo, en territorio sueco. Teniendo en cuenta las condiciones del camino (mucha nieve, asfalto húmedo y resbaladizo), los resultados fueron excelentes. Aunque el convoy sólo estaba formado por un camión líder y un coche detrás, en las pruebas siguientes buscarán aumentar la cantidad de coches en el pelotón, e incrementar la velocidad de tránsito. De más está decirlo, el marco legal que se necesitará para llevar al Sartre a las calles de Europa será gigantesco, sin mencionar el tiempo de adaptación que necesitarán los “conductores-convertidos-en-pasajeros” para ceder el control del vehículo en el que viajan. Dentro del proyecto, son una mezcla entre realistas y pesimistas, ya que le tomará al Sartre diez años más de desarrollo y pruebas adicionales. Pero al menos, Volvo comprobó que esto, no es una teoría loca.
