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Zenith Flash-Matic: El primer mando a distancia inalámbrico

Un impresionante salto de calidad para la época

El concepto de «mando a distancia» es mucho más antiguo de lo que imaginamos, pero su primera aplicación en el mundo de los televisores sucedió en el año 1950, cortesía de la Zenith Radio Corporation y su diseño Lazy Bones. Ese mando dependía de un «cordón umbilical», y los usuarios no tardaron en quejarse por los ocasionales tropiezos. Ante la necesidad de desarrollar una solución inalámbrica, Zenith redobló la apuesta con su Flash-Matic, basado en fotorresistencia. Dicho de otro modo… una linterna y cuatro sensores.

Televisores, equipos de audio, aires acondicionados, sistemas de alarma, y más dispositivos tienen hoy mandos a distancia. Algunos duran años enteros, y otros se rompen con facilidad a los pocos meses, pero más allá de sus virtudes y defectos, lo cierto es que ya son parte de nuestra vida tecnológica cotidiana.

Ahora, eso no siempre fue así. El mando a distancia tuvo su etapa de «artículo de lujo», acompañando a los (ya de por sí) muy costosos televisores que no se quedaban atrás. El Lazy Bones de la Zenith Radio Corporation fue el primero. Con un precio de 30 dólares en 1950 (320 ajustados por inflación), el potencial usuario debía pensarlo muy bien antes antes de invertir semejante suma.


El Zenith Lazy Bones. Muy caro, y con cable…

El «formato detonador» del Lazy Bones era cómodo e interesante, pero no así el cable que lo unía al televisor. Las quejas de los usuarios se multiplicaron, y el mensaje fue claro: La siguiente generación de mandos a distancia debía ser inalámbrica. La responsabilidad de su creación cayó sobre los hombros del ingeniero de Zenith Eugene J. Polley, quien trabajó en la compañía de 1935 a 1982. La solución de Polley fue el Zenith Flash-Matic, un modelo que en 1955 estableció las raíces de los mandos a distancia modernos.


El primer mando a distancia inalámbrico

El «formato pistola» no fue una mala idea


A diferencia de lo que sucedió con el Lazy Bones, el Flash-Matic era relativamente simple en la parte del emisor, trasladando toda la complejidad al receptor, a un punto tal que el usuario sólo manipulaba el equivalente a una linterna. Cuatro fotorresistencias eran instaladas en cada esquina del televisor. Las dos celdas superiores controlaban el cambio de canal (siguiendo a las agujas del reloj, o en dirección contraria). En la esquina inferior izquierda iba la resistencia encargada del encendido y apagado del aparato, y la restante llevaba el volumen a cero: Era el famoso «mute».


Las cuatro celdas, cada una con su rol asignado

La razón detrás del «mute» fue publicitaria, en más de un sentido. Zenith no dudó en promocionar ampliamente a esa función (que no estaba disponible en el televisor) como antídoto para los anuncios comerciales muy largos. Gracias al «mute», el usuario podía silenciar la publicidad (o «dispararle», considerando el formato pistola del mando) y reactivar el volumen cuando su show favorito regresaba.


¡A través de la habitación!
Una pizca de luz en la esquina inferior derecha, y adiós sonido publicitario

El Zenith Flash-Matic era muy superior al Lazy Bones, pero tampoco estaba libre de defectos que digamos. Una sala demasiado bien iluminada o un rayo de luz solar golpeando al televisor podía volver locos a los sensores, provocando cambios espontáneos de canal. En 1956, llegó el reemplazó del Flash-Matic: El Zenith Space Command, creado por Robert Adler.


Zenith Space Command. Ultrasónico y sin baterías.

Este nuevo mando no necesitaba baterías, y usaba tecnología ultrasónica (generada con pequeñas varillas de aluminio en su interior), la cual permaneció en el mercado por un cuarto de siglo, hasta que los mandos infrarrojos conquistaron todo a principios de los ’80.


Fuente: Vintage Everyday



Escrito por Lisandro Pardo

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