El tiempo pasa y algunos casos cerrados vuelven a reabrirse, con la esperanza de descubrir lo que en otro tiempo no apareció, sea por falta de investigación o por carencia de tecnología. El martes pasado, un grupo de psiquiatras publicaron los resultados del primero estudio médico que se realizó luego de 40 años sobre el potencial terapéutico del LSD.
La dietilamida de ácido lisérgico fue sumamente popular hace más de 50 años y por lo tanto motivo de muchísimos estudios acerca de sus consecuencias y ventajas, emparentadas con la ergolina y la capacidad sinestésica y los efectos psicológicos de la misma cuando es sintetizada. Entre 1950 y 1960 muchos psiquiatrías y químicos pusieron al LSD-25 bajo sus microscópios para tratar de comprender a la contracultura de los sesentas, pero también porque imaginaban en ella un potencial terapéutico. Sandoz fue el laboratorio que más intensificó esta búsqueda, pero el revuelo político y social que generaron estos estudios les significó una prohibición total de las investigaciones y publicaciones al respecto. Hoy, luego de que en 2009 se rehabilitasen los estudios al respecto, el primer estudio formal sobre el LSD en 40 años le vuelve a encontrar potencial terapéutico
El estudio, publicado en Journal of Nervous and Mental Disease, encontró evidencia de que el LSD, cuando se administra en un entorno terapéutico médicamente controlado, disminuye la ansiedad que experimentan las personas que enfrentan enfermedades que amenazan su vida. Aunque el tamaño de la muestra fue muy pequeño -12 personas-, los resultados ofrecen fundamentos de peso para realizar segundo mayor estudio de la droga ilegal tan estigmatizada. Ocho pacientes fueron seleccionados al azar para recibir sesiones de psicoterapia libres de drogas, así como dos sesiones de LSD asistida por 2 a 3 semanas.
A cuatro participantes se les dio un placebo durante la terapia y sirvieron como control. El LSD ayudó a estimular un estado psicodélico profundo, lo que permitía a los participantes a llegar a lo que describieron como un estado onírico emocionalmente intensificado. En un seguimiento luego de dos meses, entre los pacientes que recibieron terapia con LSD los investigadores observaron una reducción estadísticamente significativa en las emociones de ansiedad que se desarrollan en respuesta a un temor o peligro. En contraste, el estado de ansiedad en realidad aumentó para los pacientes en el grupo placebo. Además, las reducciones en la ansiedad se mantuvieron durante todo un año en el grupo que recibió el LSD.
Que el ácido lisérgico puede ser terapéuticamente beneficioso se conoce desde hace décadas, ya que los estudios de la sustancia química comenzaron en 1949 como una manera de simular enfermedades mentales. En cambio, los investigadores no tardaron en descubrir los efectos beneficiosos de la droga. Los mil estudios que se publicaron sobre la eficacia del LSD en casos médicos hablaban sobre su potencial para curar el alcoholismo y reducir la ansiedad en pacientes con cáncer u otras enfermedades que potencialmente terminales. “Este estudio es histórico y marca un renacimiento de la investigación de la psicoterapia asistida con LSD”, dijo Rick Döblin, el director ejecutivo de la Asociación Multidisciplinaria para Estudios Psicodélicos que patrocinó el estudio. “Los resultados positivos y las pruebas de seguridad muestran claramente por qué es necesario realizar estudios adicionales, más amplios.”
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