Una de las estrellas más grandes que conocemos ha sido fotografiada con una precisión que jamás se había conseguido. Las imágenes obtenidas son tan nítidas que van a permitir a los científicos conocer datos nuevos sobre la vida de las estrellas. Por lo pronto, se puede observar un gigantesco penacho de gas casi del tamaño nuestro sistema solar y una enorme burbuja hirviendo en su superficie. Todo gracias a las últimas tecnologías en telescopios de gran alcance y a la curiosidad de los científicos, empeñados en saberlo todo sobre el cosmos.
A este si que se le puede llamar el astro rey. Betelgeuse es una de las estrellas mas grandes del universo conocido, con un tamaño 1000 veces mayor que el del Sol y una luminosidad equivalente a la emitida por 100.000 estrellas como la nuestra. Se trata de una gigante roja, una vecina nuestra situada apenas a 650 años luz, en la Constelación de Orión, y que lleva muchos años siendo la protagonista de nuestros curiosos telescopios.
Es tan colosal que si colocáramos a esta mastodóntica estrella en el centro de nuestro sistema solar, su superficie invadiría la órbita de Júpiter. Su característico color rojo obedece a las bajas temperaturas de su superficie, del orden de 2.500 grados. Este príncipe estelar nació hace pocos millones de años y, tan intensa ha sido su vida, que apenas le quedan unos pocos miles de años para estallar en una colosal supernova que podrá ser vista desde la Tierra incluso de día. Recordemos que nuestro Sol tiene 4.500 millones de años y aún se encuentra a media vida hasta morir y convertirse en una humilde enana blanca.
La majestuosidad de esta super gigante roja ha fascinado a dos equipos independientes de astrónomos del Laboratorio de Estudios Espaciales y de Instrumentación en Astrofísica (LESIA) del Observatorio de París. Han obtenido las imágenes más nítidas y detalladas de Betelgeuse que nunca se han logrado gracias al sistema óptico adaptable(NACO) del telescopio VLT de la Organización Europea de Investigación Astronómica (ESO).
Las imágenes obtenidas poseen una resolución extrema a pesar de las turbulencias atmosféricas que restan exactitud por culpa de las capas de aire. Han utilizado una técnica llamada “imagen afortunada” que selecciona sólo las imágenes con mayor resolución y luego se combinan para sacar una foto única que tiene muchísimo más detalle que cualquier que se pueda obtener con exposición prolongada. La resolución que han obtenido es de 37 milisegundos de arco, lo que equivale más o menos a ver una pelota de tenis en la Estación Espacial Internacional (ISS) mirando desde la superficie terrestre, según afirma la ESO. “Gracias a estas extraordinarias fotografías, hemos detectado un gran penacho de gas que se extiende por el espacio desde la superficie de Betelgeuse,” dice Pierre Kervella del Observatorio de Paris.
El penacho se extiende hasta al menos seis veces el diámetro de la estrella, una distancia tan grande casi como nuestro sistema solar. Y es que aún persiste el misterio de saber por qué las estrellas como Betelgeuse pierden materia tan rápidamente. “Esto es una indicación clara de que toda la capa externa de la estrella no se está despojando uniformemente de materia en todas las direcciones”, añade Kervella. Existen dos hipótesis podrían explicar esta asimetría. Una asume que la pérdida de masa ocurre sobre las capas polares de la estrella gigante, posiblemente debido a su rotación. La otra posibilidad es que tal penacho se genere sobre movimientos de gas a gran escala dentro de la estrella, conocidos como convección, similar a la circulación del agua calentada en una olla.
Además del vasto penacho de gas, que bien podría chamuscar las barbas de Neptuno si colocásemos la estrella donde nuestro Sol, los científicos han descubierto que la atmósfera de Betelgeuse se mueve vigorosamente hacia arriba y abajo y que estas burbujas son tan grandes como la misma estrella. Estas observaciones han llevado a los astrónomos a pensar que estos movimientos a gran escala del gas agitándose bajo la roja superficie de Betelgeuse son los causantes de la expulsión del masivo penacho hacia el espacio.
Mientras nuestros científicos están sumidos en sesudos debates sobre la formación de las estrellas, nosotros miramos al cielo e imaginamos las colosales magnitudes que dominan el Cosmos. Betelgeuse morirá muy pronto y su último resplandor iluminará nuestro planeta en breve, dejando a su paso un negrísimo y amenazador agujero negro a sólo unos pocos años luz de nosotros. No se si estaremos por aquí dentro de unos cuantos miles de años, pero si logramos superar a nuestra propia especie, presiento que va a ser una época intensa la que les toque vivir a nuestros lejanos descendientes.